
Nominada a 10 premios Oscar y ganadora en múltiples festivales, “El Brutalista” reúne toda la fuerza de un drama histórico y épico a la vez, pero que no deja de lado un retrato crítico de la historia estadounidense. Dirigida por Brady Corbet y protagonizada por Adrien Brody y Guy Pearce se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Venecia el 1 de septiembre de 2024. En la oportunidad, Corbet fue galardonado con el León de Plata a la Mejor Dirección. Además de ganar tres Globos de Oro, la película se encuentra en carrera para la próxima edición de los Premios Oscar con un total de 10 nominaciones, incluyendo la de Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor, entre otros.
En esta coproducción internacional entre Estados Unidos, Reino Unido y Hungría, se narra -a través de tres décadas- la historia de László Tóth, un arquitecto judío nacido en Hungría y sobreviviente al Holocausto, quien emigra a Estados Unidos.
De colección
La relación y los diálogos entre Brody (“El pianista”) y Guy Pearce (“Memento”) son una pieza de colección del cine contemporáneo.
El primero en el papel de un artista y arquitecto formado en la Bauhaus; el segundo, un magnate multimillonario cínico por donde se lo mire. En su tensa relación, no sólo se pone el foco sobre la relación del arte con la mercancía, sino además la crisis del mundo occidental después de la Segunda Gran Guerra, derribando la esperanza en el mito del sueño americano.
La crítica al racismo y a la violencia contra las mujeres se describen sin concesiones en la película.
Así Corbet logra que este contexto histórico (1950-1980) resuene en nuestros tiempos, mostrando más las sombras que las luces de un país que prometía oportunidades, mientras perpetuaba calamidades.
El camino hacia el éxito no está exento de dificultades, ya que el protagonista enfrenta los retos de adaptarse a una nueva cultura, la hipocresía de sus mecenas y las presiones del capitalismo en un país que prometía ser “la tierra de las oportunidades”.
“El Brutalista” no sólo es un homenaje, sino también una crítica al sistema que, según Corbet, limitó las posibilidades de estos visionarios. El director expresó su frustración por las dificultades que enfrentó para llevar a cabo este proyecto, en el que trabajó durante una década. “Sí, hay muchas películas que no podemos contar en Hollywood”, afirmó.
En distintas oportunidades Brody destacó que pudo conectar profundamente con su personaje debido a la experiencia de su propia madre, una refugiada húngara que emigró a Nueva York y se convirtió en fotógrafa.
Adrien Brody fue el actor más joven en ganar un Oscar a Mejor Actor por su rol en “El Pianista”. En esta oportunidad, Brody encarna - con una mezcla de agonía y pasión - la evolución del brutalismo arquitectónico.
Definición
Esta escuela arquitectónica se caracterizó por sus construcciones minimalistas que muestran los materiales de construcción desnudos y los elementos estructurales sobre el diseño decorativo: una metáfora perfecta de la búsqueda estética del filme al contar este capítulo de la historia de EEUU. Coescritas por Corbet y su esposa Mona Fastvold, las tres horas y 35 minutos de metraje cuentan con un intermedio que separa lo que, en cierta medida, parecen dos películas.
“En la primera, la recreación detallada de la América de posguerra es esperanzadora pero también tendiente a la pesadilla. La posibilidad del reencuentro con su familia, de volver a canalizar su arte y, en definitiva, triunfar y realizarse, no está exenta de inconvenientes y hasta oscuridades profundas (su creciente adicción al opio)”, escribe Fernando E. Juan Lima en el portal OtrosCines. “Si en todo el filme la estética brutalista llama al exceso y la grandilocuencia, en la segunda parte eso se transforma en gravedad y un espíritu desaforado que puede distanciar algo al espectador”, agrega.