La jerarquía y el prestigio de una escuela es generalmente la impronta personal y profesional del que conduce y del conjunto del equipo, pero cuando no existe compromiso, esos valores arraigados en la sociedad empiezan a diluirse lentamente en el tiempo. Y se potencian más cuando se deja a la vista del ciudadano la falta de responsabilidad y desidia en el cuidado de los bienes muebles de la institución. Desde el año pasado a la fecha están arrumbándose sillas y mesas de alumnos a la intemperie apoyados en la pared del tanque de reserva. ¿Para cuidar esto, hace falta aprender? Simplemente es responsabilidad reglamentaria que se tiene al asumir, el cargo de conductor. Una falta de respeto a las muchas personas que en su momento pusieron horas extras de trabajo para hacer sillas y mesones en 1997. Además, se incumple normas establecidas para el inventario de los bienes muebles. Lo peor es que dejando esos muebles, y no son pocos, a la intemperie, a la vista de todos, degrada la esencia de la Escuela técnica que conduce, más allá del acto administrativo de baja, hace pensar que no tuvo la autoridad para hacerlos reparar, o bien su falta de preocupación impidió recuperarlos ante los primeros daños o directamente los envió a degradarse sin importar que esos muebles se compran con el aporte de todos los que pagan impuestos; o, de última, no pensó en transferirlos en calidad de donación previos actos administrativos a otros establecimientos. A lo anterior se suma que el último día hábil del año pasado entregaron a los padres o tutores los módulos de mercadería de tres meses juntos: octubre, noviembre y diciembre. De esta manera, las familias no se vieron beneficiadas con recibirlos mes a mes. ¿Habrá sido una gran generosidad del que conduce la escuela, o simplemente negligencia en la gestión? El Ministerio de Acción Social debería monitorear si llegó el dinero en tiempo y forma, o el posible atraso fue deliberado en la compra de la mercadería, por parte del conductor, es una persona con gran experiencia en el manejo de este tipo de situaciones, por su compromiso social particular. Seguro tendrá como siempre un justificativo, pero este desorden suma en contra del prestigio, porque los padres comparan con las otras escuelas que cumplieron en tiempo y forma la entrega. Creo que es una medida noble por el aporte mensual de mercadería a la familia de los alumnos, y muy positiva la decisión que el gobierno provincial, a través del Ministerio de Acción Social, implemente una tarjeta para reemplazar la entrega de los módulos de productos alimenticios en las unidades escolares, ya que en esta escuela alivianará y jerarquizará el trabajo del responsable institucional ya que tendrá muchísimo más tiempo para prepararse en la gestión, por lo anterior y otra serie de responsabilidades se encadenan para ir perdiendo credibilidad y que podría repercutir en la baja de jóvenes ingresantes a primer año en el presente año. Sra. Ministra, cuide la escuela exigiendo los cambios necesarios porque será muy difícil recobrar la confianza a corto plazo. Y como dijo el creador de un partido, “los hombres pasan y las instituciones quedan”, pero no dañadas por el paso de un hombre.
Manuel Antonio Sepúlveda
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