Cartas de lectores: Milei en Davos

06 Febrero 2025

Milei afirmó en Davos que fue nefasto consagrar en el derecho positivo, es decir en leyes, el acceso a la salud, la educación pública, la vivienda. Derechos, entre muchos otros, establecidos en la Constitución Nacional, ley suprema de la Nación que juró respetar y cumplir. En esa mera enunciación acotada, al mencionarlos sólo como ejemplos, Milei ataca los derechos que pertenecen al conjunto de la población, conseguidos con sacrificios en el siglo pasado para promover la dignidad de las personas, el desarrollo y el ascenso social. Acto seguido, entró en un frenesí de moralina medieval. Agravió la lucha de las mujeres por la protección de sus vidas y la igualdad ante la ley, mofándose del movimiento feminista que la promueve. La protección de la naturaleza tampoco quedó al margen de sus insultos, considerando el ambientalismo como un peligro para el capitalismo salvaje que defiende. Pero el desenfreno tocó fondo, al insultar la integridad de las minorías y los derechos a la diversidad que las reconocen y respetan. Mezclar homosexualidad con pedofilia sólo cabe en la cabeza de quien convive con perros muertos a los que considera su familia. Paradojal fue escucharlo afirmar, que todos los que pensamos distinto a él “sostenemos y pretendemos imponer un pensamiento único”. ¿No será al revés? Desde su autoritarismo que promueve callarnos, perseguirnos y hasta hacernos desaparecer, con hipocresía se queja porque “se penaliza el disenso”, como si no fueran él, sus seguidores y los dueños de todo, los que lo hacen. Ataca por supuesto al Estado, que en nuestra historia institucional demostró ser el único que invierte a favor del desarrollo y la equidad, ya que no tiene como finalidad el lucro, sino brindar posibilidades para todos. Obviamente, lo hace porque sólo el Estado puede poner freno al despiadado poder del capitalismo salvaje y concentrado en pocas manos.

Miguel Camel Nacul
miguelcamelnacul@hotmail.com

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