El curioso dato de Hugo Corbalán, DT de Graneros, que ilusiona a los hinchas del "Cocodrilo"

En el fútbol, hay entrenadores que trascienden por sus títulos y otros que lo hacen por su capacidad de transformar equipos, de moldear identidad, de encender la chispa del sueño en un vestuario. Hugo Corbalán es de estos últimos. Con una carrera como defensor en equipos como Atlético Tucumán, San Martín, Huracán y Racing, su vida siempre estuvo ligada a la pasión por la pelota. Pero su verdadero desafío comenzó cuando colgó los botines y se sentó en el banco de suplentes.

El DT de Deportivo Graneros está a un paso de alcanzar su cuarto ascenso, tras las experiencias exitosas con San Jorge, San Lorenzo de Villa Alem e Instituto Santiago. Y, sin embargo, este momento tiene un sabor especial. "Cuando me contactó Roque Graneros (presidente del club), me interesó el proyecto que tenía para su equipo. Yo venía de un periodo en Atlético Concepción y hacía mucho que no dirigía en la Liga Tucumana. Graneros ya tenía una plaza en el Regional Federal, pero la idea era pelear tanto la liga como el torneo del Consejo Federal", recuerda.

El camino no fue fácil. "Nos fue bien a medias: perdimos la final del campeonato con Sportivo Guzmán y en el Federal no pasamos la segunda fase. Pero sabíamos que podíamos más. La idea para los campeonatos que vinieron era darle prioridad al Federal Amateur, y aunque armamos un equipo largo, siempre tuvimos en mente pelear este certamen", explica Corbalán.

Poco a poco, los "Cocodrilos" fueron encontrando su forma, creciendo partido a partido en una zona tucumana que siempre es pareja y dura. "Pudimos clasificar a los playoffs y dejamos afuera a equipos muy buenos. Hoy estamos a las puertas de lograr algo histórico para el club, para los jugadores y para nosotros como cuerpo técnico", afirma con convicción.

Graneros llegó hasta la final gracias al esfuerzo colectivo

El trayecto ha sido extenuante. "El día a día a veces se hace pesado porque tenemos que viajar todos los días para las prácticas, recorremos muchos kilómetros. Pero lo bueno es que vamos a un club con pretensiones, que nos brinda la posibilidad de trabajar bien, con todos los elementos que necesitamos", reconoce. Ese respaldo dirigencial es clave, pero también lo es la entrega de los jugadores. "Este plantel lo ha dado todo en cada partido. Se entrenó en Navidad y en Fin de Año, y no faltó ningún jugador. Ese sacrificio tiene hoy su recompensa: la oportunidad de jugar una final por el ascenso".

La mística de Graneros se ha construido con base en el esfuerzo colectivo. Corbalán lo sabe, y por eso no escatima en agradecimientos. "Quiero reconocer el trabajo de todo el cuerpo técnico, de los utileros, del masajista, del canchero y de todos los que forman parte de esta familia. Cada uno, desde su lugar, ayudó a que podamos llegar hasta aquí".

Pero el entrenador es consciente de que, en el fútbol, las palabras pesan menos que los hechos. "Todavía no ganamos nada, pero estoy seguro de que el domingo vamos a estar a la altura. Si Dios quiere, traeremos el ascenso a Tucumán", remató.

Graneros está a 90 minutos de un sueño que lleva años construyéndose. Y Corbalán, el arquitecto de esta ambición, confía en que su equipo escribirá la página más gloriosa de su historia.