Recorrió 3.200 kilómetros para alentar a Graneros y honrar la memoria de su hermano

El fanático César Ottino viajó desde Santa Cruz junto a su familia para cumplir una promesa y, sobre todo, acompañar al equipo en la final por el ascenso al Federal A.

EN FAMILIA. Franco y César Ottino junto a su primo Gustavo González posan con la bandera dedicada a Ariel. EN FAMILIA. Franco y César Ottino junto a su primo Gustavo González posan con la bandera dedicada a Ariel. Foto de Gonzalo Cabrera Terrazas/LA GACETA.
Gonzalo Cabrera Terrazas
Por Gonzalo Cabrera Terrazas 09 Febrero 2025

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Hay historias que nacen en el corazón y se transforman en promesas irrenunciables. La de César Ottino es una de ellas. Tras el fallecimiento de su hermano Ariel en noviembre del año pasado a causa de un tumor cerebral, César se juró que, si Graneros ganaba en Salvador Mazza, viajaría como fuera para ver la final por el ascenso al Federal A contra Gimnasia y Esgrima de Chivilcoy.

Y cumplió. Desde Santa Cruz recorrió 3.200 kilómetros acompañado por su hermano Franco y su primo Gustavo González. "Este viaje lo hice por mi hermano. Si había algo que hacer por el club, Ariel siempre estaba. Cuando ganamos en Salta, subí a las redes: ‘Cayó una estrellita’. En ese momento se me vino su cara. Sé que él era esa estrella", recordó César con la voz quebrada, pero llena de determinación.

Desde temprano, en las afueras del hotel Inizio, donde el plantel dirigido por Hugo Corbalán está concentrado, flameaba una bandera dedicada a Ariel y al pueblo de Graneros: "Gracias Ariel Ottino. Fuiste un fiel colaborador del cocodrilo. Fuerza flia Ottino-Dorio".

La emoción del viaje no fue solo por el recuerdo de su hermano. También estuvo marcada por el sueño compartido de ver al "Cocodrilo" hacer historia. "En el camino hubo mucha adrenalina y sentimientos encontrados. Vine con mi hermano más chico y unos amigos de mi primo a compartir y alentar al equipo", relató César, quien trabaja en la empresa Prosegur en Santa Cruz.

Por su parte, su hermano Franco, plomero de oficio, habló sobre lo que significa este momento para la ciudad. "La expectativa es buena, estamos esperanzados. Graneros representa a muchos de Tucumán. Tener un club en la tercera categoría sería un logro enorme, más si es del Interior. Dejamos de lado muchas cosas para estar acá; todo es a pulmón", comentó.

El sueño de ascender va más allá del deporte y así lo entiende César. "Este fútbol nos puede ayudar a que el pueblo progrese, a que traiga más fuentes de trabajo para los chicos. Que no nos pase como a nosotros, que tuvimos que irnos tan lejos por trabajo", expresó.

El deseo de los fanáticos de Graneros

Antes de retirarse para buscar un lugar en donde almorzar, los hermanos Ottino le dejaron un mensaje al plantel. "Jueguen como vienen haciéndolo. Somos 11 en la cancha, pero sobre todo somos tucumanos. Vamos a ganar", aseguraron.

En cada cántico, cada bandera y cada paso que lo trajo hasta aquí, César honró su promesa. Porque a veces, el amor por un hermano y por un club es lo que mantiene viva la esperanza de todo un pueblo.

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