![CAMARADERÍA. Martín Grimolizzi y Federico Ortiz brindan con unas cervezas luego de terminar su actividad deportiva.](https://imgnovel.lagaceta.com.ar/fotos/notas/2025/02/10/970x689_1070481_202502092352430000002.webp)
Las Intervillas 2025 llegaron a su fin con un balance más que positivo. El torneo sigue más vigente que nunca. Con más equipos, más competencia y un nivel cada vez más alto. Además, el espíritu con el que se creó sigue intacto. Lo que hace especial a este clásico de los veranos en Tafí del Valle es el encuentro entre amigos, la pasión por el deporte y la sensación de que, gane quien gane, todos son parte de algo más grande.
El partido ya terminó aunque no como ellos querían. Federico Ortiz y Martín Grimolizzi se quedaron en las semifinales del dobles de tenis tras caer ante el representativo de Raco “A”. De todas formas, no hay lamentos ni reproches. Al contrario; hay risas, un brindis con cerveza y un gesto de alegría genuina por sus rivales, que además son sus amigos. Así se viven las Intervillas y en esta oportunidad no fue diferente porque para todos es una cita ineludible. Un clásico.
“En todas mis vacaciones organizo todo para poder venir”, cuenta Martín, que además de jugar en dobles con Federico, compitió en la categoría veteranos. Federico, por su parte, también participó en dobles mixtos. Siempre con Tafí “A”.
El espíritu del torneo se siente en cada cancha, en cada punto, en cada aliento; y Federico lo tiene claro. “Participar es apoyar al club. Este evento está cada vez más competitivo y los participantes se preparan más en todos los deportes. Se vive como una Copa Davis o como un Mundial”, admite.
![LO SIGUIERON DE CERCA. Los partidos definitorios tuvieron buena concurrencia.](https://imgnovel.lagaceta.com.ar/fotos/notas/2025/02/10/1070481_202502092352430000003.jpg)
No exagera. Basta con ver la efervescencia de la hinchada, la entrega en los partidos y la emoción en los festejos para darse cuenta que es así. “La hinchada mete presión, y cuando se pierde también se acompaña”, dice Martín, que destaca lo bien organizada que estuvo esta edición. “Todo fue muy prolijo; además el clima ayudó”, indica.
Las Intervillas terminaron, pero su impacto no. Federico lo resume en una frase: “Hay que pedir apoyo a los socios en general todo el año, así podemos mejorar las instalaciones para que este evento sea cada vez más lindo. Las Intervillas justamente ayudan a sumar gente, no es sólo el evento en febrero; termina siendo trascendente durante todo el año”, resalta.
En cada edición, en cada partido y en cada brindis después de jugar Federico y Martín celebran y saben que volverán a decir presente. Ganen o pierdan, siempre hay motivos para festejar.
Una pasión
Mientras Martín y “Fede” analizan su paso por el tenis, en otra cancha el vóley atrapa todas las miradas. Está colmado de público, la pasión se siente en cada punto y la tensión se respira en el ambiente. Cuando alguien falla un saque, más de un hincha se tapa la cara, como no queriendo ver.
Patricia Jaime, en cambio, no puede apartar la vista ni un segundo del partido. Juega cada punto desde afuera. Aplaude, grita, se desespera, intenta meterse en la cancha. Festeja cada punto de su amado Tafí “A” como si estuviera en una final mundial. Para ella lo es, claramente.
![FELIZ. Patricia Jaime (de blanco) posó luego de un partido de vóley.](https://imgnovel.lagaceta.com.ar/fotos/notas/2025/02/10/1070481_202502092352430000004.jpg)
“El vóley y las Intervillas en general me vuelven loca. Desde los 10 años juego al vóley”, cuenta con una emoción que no disimula.
Hoy, con 60, sigue disfrutando del deporte en cada oportunidad que se le presenta. Hasta el año pasado jugó en el equipo de vóley femenino de Tafí “A” en las Intervillas. Ahora, le toca alentar desde afuera, viendo a su hijo “Guillo” y a sus hijas Valentina y Victoria en la cancha.
“Fui campeona nacional de vóley, jugué tres finales consecutivas. Me desespero cuando veo los partidos. Quiero entrar a la cancha, veo las jugadas en mi mente. Me encanta venir, participar, alentar al club”, dice.
Además, las Intervillas para ella significan mucho más que un torneo. “Este club siempre me cobijó desde que era muy chica. Siempre estuve jugando al tenis, al vóley, al pádel… El club siempre me abrió las puertas, es mi segunda casa”, comenta.
Entre sus recuerdos, hay nombres que marcaron su camino. “Recuerdo con mucho cariño a Roberto ‘Robertín’ Martínez Zavalía, que fue un presidente que dio todo por el club. A partir de ahí todo empezó a crecer”, admite.
Sobre esta edición, destaca un detalle que para ella es clave. “Veo mucha gente en el club. Es muy importante el espíritu deportivo de la juventud, que dejen el alcohol y la fiesta de lado aunque sea por un fin de semana. La vida está en la pasión por el deporte. Jugar al vóley, al tenis, hacer natación; lo que quieran, pero que los mantenga activos, con ese espíritu deportivo”, aconseja.
Para Patricia, Tafí “A” representa muchísimo más que un equipo. “Es un grupo de amigos que juegan y disfrutan. Todos se conocen hace mucho”, concluye.
Moda, amistad y juego
El tenis marcó tendencia en las Intervillas 2025 y hubo una dupla que se robó todas las miradas. Marina Lau y Macarena López Ramírez se destacaron por su nivel de juego y por su estilo: sus outfits idénticos llamaron la atención de todos.
![¡QUÉ LOOKS! Marina Lau y Macarena López Ramírez usaron el mismo atuendo. credito xxxxxxxx](https://imgnovel.lagaceta.com.ar/fotos/notas/2025/02/10/1070481_202502092352430000001.jpg)
Representaron a Raco “A” y juegan juntas hace 10 años. Compiten en torneos nacionales y viajan por el país con el tenis como bandera. Pero cuando llegan las Intervillas, el enfoque es otro.
“Es pasar un fin de semana con amigas. Priorizamos lo social por encima de todo. Obviamente que nos encanta competir y ganar, pero también compartir”, explica Marina.
Macarena coincide y resalta el crecimiento del evento. “Vemos mucha más gente que otros años y mucha juventud. Estuvo todo muy bien organizado y nos tocó un clima hermoso”, cuenta.
Ellas juegan en dobles de damas y para ambas las Intervillas significan reencuentros. “Viene todo el ambiente del tenis de Tucumán; entonces es juntarse, encontrarse en otro espacio y con un hermoso paisaje”, dice Macarena.
Para Marina, hay algo que hace especial a este torneo. “Es más divertido incluso porque tenemos tenis mixto, algo que no vivimos en los torneos del año, que son solo femeninos o masculinos. Acá en las Intervillas está todo más integrado”, comenta.
Su amistad nació en Veteranas Tenis Tucumán, una asociación de mujeres tenistas de la provincia en donde se dieron cuenta de la química que tenían en la cancha. Desde entonces, no se separaron.
Pero además del tenis, comparten otra pasión: la moda. “Los looks para jugar son fundamentales”, coinciden. Vestirse iguales se convirtió en una cábala. “Creo que con nuestros vestidos a juego imponemos presencia”, aseguran. Y si les da buenos resultados no piensan cambiarlo.
Las Intervillas 2025 se terminaron pero quedarán en el recuerdo de todos los participantes. Por los partidos jugados, por los títulos celebrados o por las derrotas que dejan aprendizajes. Pero sobre todo por lo que sucede alrededor; por los reencuentros, por las risas después de un punto discutido y por los abrazos de quienes vuelven a verse cada verano.
Este torneo es una tradición que sigue sumando historias, amistades y momentos que, a medida que pase el tiempo, seguirán siendo motivo de anécdotas y alimentarán las ganas de volver. (Producción periodística: Sofía Lucena)