Sí, a vos te hablo. Detente un momento. Lee estas palabras, pero hazlo de verdad. No pases los ojos por el texto mientras piensas en otra cosa. No avances si no puedes concentrarte, porque entonces no tiene sentido. Ahora sí, quiero decirte algo. No busco tu atención porque se trate de mi carta, sino porque la concentración debería ser un hábito en todo lo que hagas. Si algo te interesa, entrégate por completo y deja de lado cualquier otro estímulo, externo o interno. Parece obvio, pero cada vez menos personas lo practican. Hoy casi nadie escucha con verdadera atención. Basta con observar a cualquier grupo de personas: cada una en su mundo, respondiendo a medias, olvidando lo que acaba de oír. La dispersión y la ansiedad se han vuelto moneda corriente en esta época saturada de estímulos. El problema es que querer hacerlo todo al mismo tiempo es no estar realmente en ningún lado. La mente humana no está hecha para la multitarea: quien pretende abarcar demasiado termina haciéndolo mal y, peor aún, agotado. Por más que la cultura cambie, nuestra biología no lo hace tan rápido. Evolucionar lleva miles de años, pero distraerse toma solo un instante. Por eso, te propongo algo simple: lo que sea que hagas, hazlo de a una cosa por vez. Y ahora, en este preciso momento, lo único que importa es terminar de leer esta carta.
Jorge Ballario
jballario@coyspu.com.ar



















