

Los alrededores del estadio Nuevo Monumental están llenos de expectativa. Se siente en el aire, en las banderas que flamean y en el murmullo de los hinchas que llegaron desde distintos rincones del país con un solo deseo: ver a San Martín de Tucumán en la cancha. Entre ellos, dos nombres resaltan: Walter Trejos y Hugo Pedraza, ambos llegaron a la ciudad santafesina desde Neuquén.
Walter, de 35 años, trabaja en seguridad e hizo del club una parte inseparable de su vida. “Uno deja muchas cosas por San Martín. Familia, trabajo, horas de sueño… Pero cuando llega el momento, agarrás la mochila, la bandera y te venís. Es imposible no estar”, dice con convicción. A su lado, Hugo, comerciante de 55 años, asiente con una sonrisa. “San Martín es mi vida. No hay explicación para lo que sentimos. Cuando arranca el año futbolístico, es como si todo volviera a empezar, como si otra vez tuviéramos la chance de soñar”, agregó Pedraza mientras sostenía una bandera que rezaba la leyenda: "Nunca caminarán solos. Un ciruja del Valle siempre estará alentando"
Lo cierto es que el viaje hasta Rafaela fue una verdadera odisea. “Salimos en avión desde Neuquén hasta Aeroparque, de ahí tomamos un colectivo hasta Retiro y después otro hasta Santa Fe. Finalmente, llegamos a Rafaela. En la terminal de Retiro, nos quisieron cobrar $25mil una pizza de seis porciones, una verdadera locura”, contó Hugo, entre risas.
Cada tramo recorrido es testimonio de un amor que no entiende de límites. “Gastamos cerca de $230mil en todo, pero no importa. Lo que importa es estar”, agregó.
El deseo de seguir adelante
El dolor de la final perdida contra Aldosivi sigue latente en muchos hinchas, pero para Walter no hay dudas. “San Martín es mucho más que un resultado. Se sigue al club por lo que representa, por lo que nos hace sentir. Nosotros estamos acostumbrados a sufrir, pero nunca dejamos de estar”.
La filial “Los Cirujas del Valle de Río Negro y Neuquén” nació de la pasión compartida en cada rincón del sur del país. “Veías a alguien con la camiseta en la calle, le gritabas ‘¡Vamos los Cirujas!’, y así fuimos armando el grupo”, recordó Hugo. Hoy son alrededor de cincuenta integrantes de ciudades como Cipolletti, Neuquén, Centenario y Plottier. “Hace más de tres años que la filial funciona y crece cada vez más. No importa qué tan lejos estemos, San Martín nos une”, agregó Trejos.
El día del partido comenzó con otra travesía. “Llegamos a la 1.30 de la mañana, conseguimos un hotel frente a la terminal, dejamos las cosas y nos quedamos tomando algo hasta las cuatro. Dormimos unas horas, nos bañamos y vinimos directo para acá”, contó Walter, que lucía una campera debido a las bajas temperaturas que sorprendieron a los rafaelinos.
El plan es claro: hacer la previa, alentar al equipo de Ariel Martos en la llegada al Nuevo Monumental y vivir el partido como lo que es: una nueva oportunidad de soñar.