En medio de la incertidumbre sobre el financiamiento que hubo el año pasado en el país, la Provincia definió obras estratégicas para llevar a cabo cuanto antes: la remodelación del aeropuerto Benjamín Matienzo, la realización de la penitenciaría de Benjamín Paz, la extensión de la línea de alta tensión El Bracho-Villa Quinteros y el acueducto Vipos. Mientras tanto, llevó a cabo tareas en obras que estaban encaradas de antes -la reparación de la ruta 307 y del puente de Quilmes- y al mismo tiempo espera que haya novedades sobre la autopista Tucumán-Termas de Río Hondo,
Para las obras estratégicas hubo respuesta del Gobierno nacional, tal como lo señalaron a comienzo de mes el ministro de Economía, Luis Caputo, cuando dijo que “los compromisos se cumplen” y el jefe de Gabinete de la Nación, Guillermo Francos. Ciertamente, estos compromisos han estado atados a mucho ajetreo político, que ha hecho necesario cada tanto renovar las intenciones de cumplirlas, y así ha quedado claro cuando el mandatario tucumano agradeció “la predisposición para continuar con todas estas obras”,
En todo caso, estas propuestas, que forman parte de los proyectos estratégicos inmediatos, acaso tengan un resultado favorable, pero queda claro que han surgido de las emergencias a las que ha llegado la sociedad en los últimos tiempos. Así se puede entender el contexto del acueducto de Vipos, requerido por la crisis del agua que nos aqueja desde hace varios años. También es menester considerar las grandes obras que se han proyectado y que nunca se han concretado o que se llevaron a cabo a medias. En una nota reciente de nuestro diario, titulada “¿Por qué no se concretan los grandes proyectos?” se ha dado cuenta de esas ideas que nos han marcado: la autopista 38, los diques Potrero del Clavillo y de las Tablas (se añade El Naranjal), el Centro de Alto Rendimiento, el Centro Cívico convenido con César Pelli, la ruta 65, el tren bioceánico y otros grandes proyectos como la ruta a los Valles por la Quebrada del Portugués. Consultados expertos para responder esta pregunta, han analizado que falta planificación; que hay baja institucionalidad y carencias estructurales y que la inestabilidad política y económica impiden pensar a largo plazo. También incide la distribución de recursos públicos a través de la coparticipación federal. Acaso un poco de esto se vio a comienzos de 2024, cuando la Nación pidió proyectos para motorizar desde las provincias y Tucumán tuvo problemas para presentarlos. Un experto señaló, además, que como sociedad estamos perdiendo espacios, sumidos en divisiones. “No creemos en el cumplimiento de la ley. Buscamos priorizar el interés individual por sobre el colectivo”, dijo.
En la medida en que se puedan aquietar las aguas de la emergencia, convendría razonar acerca de la mejor estrategia para planear la sociedad del futuro y pensar cómo se llevarán a cabo las obras que hagan falta, sin que haya que estar sometidos a los ajetreos políticos del momento.