
Un grupo de médicos que trabajaban en programas de VIH, lepra y tuberculosis dentro del Ministerio de Salud, dirigido por Mario Lugones, presentó su renuncia en protesta por el desmantelamiento de estas áreas. En un comunicado, denunciaron que la falta de planificación y los recortes ponen en riesgo la salud pública y expresaron su rechazo a la estigmatización de los trabajadores de la salud, a quienes el gobierno califica como “ñoquis” o parte de una “casta privilegiada”.
La crisis se profundizó con el despido de expertos en enfermedades inmunoprevenibles, lo que generó una ola de renuncias en solidaridad y en respuesta a la imposibilidad de continuar trabajando en un contexto de ajuste extremo. Carolina Selent, una de las médicas que dimitió, advirtió que la falta de personal capacitado tendrá consecuencias graves, especialmente en la vigilancia de enfermedades como sarampión y hepatitis A, cuyo control ya se encuentra debilitado por la falta de especialistas.
Además, Nathalia Katz, otra de las médicas despedidas, alertó sobre el retroceso que implican estos recortes en el registro nominal de vacunación, un sistema clave en la planificación sanitaria. Denunció que el Ministerio desmanteló una de las direcciones de inmunización más importantes del mundo y que la reducción de personal pone en jaque la compra y distribución de vacunas. Sin reemplazos adecuados, la capacidad de respuesta ante brotes y emergencias sanitarias se verá gravemente afectada.