Migrantes varados en Panamá: deportados, sin dinero y sin un país a dónde ir

Fueron expulsados de Estados Unidos.

Migrantes varados en Panamá: deportados, sin dinero y sin un país a dónde ir
Hace 18 Hs

CIUDAD DE PANAMÁ, Panamá.- Sin rumbo y sin dinero, 65 migrantes deportados desde Estados Unidos en febrero, buscan en la capital de Panamá un país que les acoja en tres meses.

Forman parte de un grupo de 112 migrantes, de los 299 enviados a Panamá por el gobierno de Donald Trump, autorizados para salir temporalmente del albergue donde estaban recluidos desde hace dos semanas en la provincia selvática de Darién, fronteriza con Colombia. Tras un trayecto de cinco horas en micro, estas personas quedaron a su suerte tras llegar al terminal de Albrook en la capital, el sábado en la noche.

Solo a un puñado de migrantes con hijos Unicef les consiguió un hotel en la Ciudad de Panamá por una semana. El resto debe procurarse hospedaje y alimentos. Mientras tanto, deben hacer las gestiones para conseguir un país que los reciba.

“No tenemos dinero”, dice en inglés el afgano Hayatullah Omagh. “Le pregunté a la OIM (Organización Internacional para las Migraciones), me dijo ‘no sabemos, tú vas a la Ciudad de Panamá y después de eso eres responsable de ti mismo’”, agrega.

Un iraní de 33 años, que viaja con dos niños, muestra un billete estadounidense y afirma: “No tengo dinero, solo un dólar”.

Recorrido inverso

Hasta el año pasado, miles de migrantes cruzaban la selva del Darién, en la frontera entre Colombia y Panamá en su marcha hacia el norte. Ahora, con la política de deportaciones del Trump, la mayoría de los migrantes en Panamá y otros países centroamericanos hacen el recorrido inverso hacia Sudamérica.

El viernes, el gobierno de Panamá anunció un permiso de 30 días, prorrogable a un máximo de 90, para que los 112 migrantes puedan salir del albergue de San Vicente a gestionar visas a otros países. “El compromiso es el retorno voluntario bajo su propio recurso a su país de origen o a un tercer país que los quiera recibir”, explicó el ministro de Seguridad, Frank Ábrego. Sin embargo, advirtió que “si en 90 días ellos no han abandonado el país, serán expulsados o deportados”.

Ellos son 24 migrantes de Irán, 21 de Camerún, 12 de China, 10 de Nepal, 9 de Afganistán, 7 de Vietnam, 6 de Etiopía, 6 de Uzbekistán, 5 de Nigeria, 2 de Eritrea, 2 de Pakistán, 2 de Somalia, 2 de Ghana, 2 de Rusia, 1 de Angola y 1 de Sri Lanka.

Al llegar desde Estados Unidos, fueron instalados unos días en un hotel de la capital panameña, donde algunos mostraron letreros en las ventanas pidiendo ayuda y advirtiendo que corrían riesgo de ser devueltos a sus países de origen. “No tengo información sobre donde debería esperar o dormir, porque de repente todos llegamos aquí [a la capital panameña], sin dinero, sin información, así que la situación es realmente mala”, dice la iraní Artemis Ghasemzadeh. Esta conversa al cristianismo huyó de Irán, pero se topó con la política de deportaciones del gobierno de Trump. No quiere regresar a su país, donde cambiar de religión está prohibido y sólo puede salir a la calle con velo.

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