La “neocampaña”, el PJ y los leones desencantados

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Los tiempos se han acelerado y los escenarios políticos están revueltos, raros. Con la eliminación de las Primarias, se suponía que el clima electoral se sentiría durante la segunda mitad del año (los comicios serán el 26 de octubre). Pero no. En todos los sectores ya se habla sobre las elecciones. Las charlas sobre las posibles candidaturas, el armado de las listas, la injerencia nacional y los entredichos locales se multiplican con el paso de los días.

El tópico medular y el que más incógnitas genera tiene que ver con las nuevas reglas de juego. En la contienda nacional para la renovación del Congreso se implementará la Boleta Única de Papel (BUP). El sistema, según prevén tanto los analistas como los políticos, tendrá consecuencias directas en la forma en la que se desarrollará la campaña.

Hay aspectos sobre el diseño de los votos que se describirán que son clave para la campaña. La BUP implicará que dentro del cuarto oscuro habrá una sola papeleta que reunirá toda la oferta de candidatos, en vez de una por cada frente o partido. Las opciones estarán distribuidas en columnas y al final habrá un casillero para marcar. El orden de cada armado se determinará por sorteo.

En el caso de Tucumán, sólo se elegirá para cubrir cuatro bancas en la Cámara de Diputados. La Ley estipula que para el caso de los distritos donde se cambien diputados, las boletas deberán incluir como mínimo los nombres de los cinco primeros de la nómina. A excepción de los distritos que elijan un número inferior -como Tucumán-, en cuyo caso estará el total de los postulantes. Se incluirá, además, la fotografía de los dos primeros. Y esto último es clave. Además, estarán las designaciones y símbolos de las agrupaciones. La norma advierte que se delega a las autoridades electorales nacionales de cada provincia la potestad de adaptar los diseños a las realidades particulares si fuese necesario.

Dirigentes avezados en cuestiones electorales de los diferentes espacios analizan el impacto. Hablan de una especie de “neocampaña” que deberán planear para adaptarse. A grosso modo, agrupan los cambios que tendrán en siete puntos:

1- Sin votos en la calle: las papeletas tradicionalmente se emplean como la principal publicidad en la calle. Hasta el momento, en las elecciones nacionales, los partidos eran los encargados de proveer los votos que se distribuían en las escuelas. Las fuerzas participantes solían imprimir el equivalente -como mínimo- a dos padrones. Uno para cubrir las mesas y otro y más, para repartir como propaganda, para que los electores se familiaricen con la oferta. La militancia tradicional, que repartía casa por casa o por correo los papeles, deberá emprender otro tipo de difusión porque la potestad de impresión quedará en manos del Estado. Implicará un ahorro para las fuerzas, pero el gasto deberá hacerse en otras modalidades de difusión.

2- Equilibra las chances: una de sus principales ventajas es que los votantes tienen garantizada la oferta completa en el cuarto oscuro. Esto beneficiaría a fuerzas con menos posibilidades de reposición o bien, de contar con fiscales partidarios en todas las mesas. Los movimientos tradicionales y los oficialismos advierten que este aspecto les quita las ventajas que aportan las estructuras. De todas maneras, afirman, en tiempos de Javier Milei el aparato no es una garantía de éxito.

3- Las figuras de tracción “escondidas” perderían sentido: si algún dirigente de peso tenía en sus planes ir en la boleta en lugares secundarios para arrastrar votos deberá ir desistiendo. La Ley estipula que, en principio, los nombres de los suplentes, entre los que suelen “esconderse” para que su foto figure en el voto, no estarán.

4 -Desconocidos, con menos chances: distintos dirigentes comentaron que, por el diseño de las boletas, sería fundamental el posicionamiento de las cabezas de nómina. En términos simples, tiene que ver con que el ciudadano relacione su cara con su nombre. Esto no es tan sencillo de lograr, lleva mucho tiempo y trabajo. Por ejemplo, quienes hayan sido postulantes anteriormente u ocupen puestos públicos muy visibles corren con amplia ventaja. Los indecisos, afirman, optan por caras conocidas.

5- La figura de los fiscales perdería relevancia: los representantes de los partidos ya no tendrán la misión de reponer votos. Durante el desarrollo del comicio, su actividad se limitaría a controlar la identidad de los ciudadanos y luego, al conteo. En la provincia, los fiscales suelen ser importantes. Por el costo, porque para gran parte de las fuerzas les pagaba, y por las tareas de control en el escrutinio.

6- Cambio de hábitos:“El tucumano está acostumbrado a ir con el voto en el bolsillo. Eso ahora no sucederá”, grafica un peronista que viene revisando las nuevas disposiciones. Al no haber repartija de sufragios, recién los podrá tener en mano al momento de votar y no con antelación.

7- Reducción de las “trampas”: no es un tema menor. La dirigencia que emplea artilugios está renegando. La foto con troqueles o con los votos dentro del cuarto no podrá ser usada como “garantía” para que los punteros puedan acreditar que alguien a quien se le pagó o bien, tiene algún compromiso, votó por tal o cual.

El trabajo preelectoral deberá modificarse teniendo en cuenta estos y otros puntos.

Pantallazos del PJ

El tablero local no ha dejado de moverse en los últimos meses. En el oficialismo provincial, el gobernador Osvaldo Jaldo sostiene su buena imagen y sigue apostando a la gestión y, a la vez, va tejiendo las estrategias electorales de acuerdo a los vaivenes que se van presentando. El mandatario, como jefe político, ha afrontado un escenario cambiante. La necesidad de balancear la cercanía con la Rosada y la campaña contra los candidatos de la Rosada marcará la tónica de los tiempos que vienen.

La tormenta por la Procelac ha derivado en que se recalculen posibles candidaturas, según publicó ayer el columnista Fernando Stanich. Mientras, Jaldo mantiene la cercanía con Rossana Chahla, la otra dirigenta que encabeza los rankings de imagen. Es probable que la campaña se centre en sus figuras.

En el partido, en tanto, hay expectativas por una posible interna. Esta semana se produjo una de las manifestaciones más concretas de que eso podría suceder. Un encuentro con organizaciones sociales fue el primer acto del peronismo no jaldista con el legislador Javier Noguera como posible candidato. El grupo estuvo encabezado por el diputado Pablo Yedlin y la senadora Sandra Mendoza, entre otros. Advierten que otras figuras afines de relevancia se irán sumando.

La posibilidad de una puja se abrió desde el mismo momento en el que Jaldo se alineó institucionalmente con el mileísmo. En el ámbito nacional, el PJ es la principal oposición y eso ha puesto a Jaldo y a la dirigencia en un dilema. En estos meses hubo algunos espasmos de la interna Jaldo-Juan Manzur. Sucede que las líneas más incómodas con la posición de Jaldo son aquellas que respondían en su momento al senador. Esta especie de posmanzurismo dialoga y se organiza.

El nombre de Noguera ya se había mencionado como posible puntal de este proceso.

La salida de Tafí Viejo, gobernado por su esposa Alejandra Rodriguez, del “Pacto Social” fue una señal. Expresan en los pasillos del Municipio que las puertas de los ministerios están cerradas para ellos y temen ser objeto de “aprietes y presiones”. Las reuniones de Noguera y Yedlin con Cristina Fernández de Kirchner (CFK) y Sergio Massa le siguieron.

En las cercanías de Noguera relativizan lo sucedido en el acto. Si bien afirman que tiene voluntad de participar en la elección, aclaran que no se trató de un acto de lanzamiento. Todavía. Sí consideran que marcó el nacimiento concreto de un espacio que se plantará contra las políticas de Milei. En esa vertiente dicen que integrarán la propuesta del frente nacional del PJ, que llevaría las palabras peronista o peronismo en su denominación.

No ven factible una interna: están convencidos de que hay chances ciertas de que CFK, en acuerdo con Manzur, intervenga el distrito. Manzur, según aseguran, apoyaría activamente al armado. Dicen no aspirar a concentrar sólo al manzurismo, sino a todos los sectores del peronismo que no adhieren al jaldismo ni, mucho menos, a Milei. Analizan también otras alternativas, como ir por fuera.

La probabilidad de una intervención no es novedad para la Casa de Gobierno. En el Palacio dicen que están preparados para esa contingencia y restan importancia al surgimiento de esta alternativa. Consideran que no cuenta con la fuerza suficiente como para enfrentarse a Jaldo.

Mientras, desde la Casa de Gobierno se observa, con agrado, cómo la oposición tucumana parece no encontrar aún un rumbo.

Leones desencantados

En LA GACETA PLAY, Ricardo Bussi puso en palabras el sentir de muchos referentes locales en relación a La Libertad Avanza (LLA). Es un tema del que vienen discutiendo los libertarios. El legislador, que había sido el primer aliado de Milei en Tucumán, está totalmente distanciado del partido provincial y de sus representantes nacionales. El líder de Fuerza Republicana afirmó que son “malos pagadores” y apuntó una vez más contra Lisandro Catalán. “Catalán vino repentinamente como candidato. Pero tiene un desconocimiento del 80%”, dijo. Reclamó que las candidaturas no sean a dedo, sino mediante acuerdos. Comparó su situación con la de José Macome, otro león desencantado, y afirmó que a ambos les pegaron un “tincazo” cuando sintieron que ya no los necesitaron.

Cuando Bussi había sido desplazado, Macome había ocupado el lugar de referente en Tucumán. De hecho, por pedido de LLA, se alejó del PRO para integrar el unibloque libertario en la Cámara. El año pasado, el parlamentario había encabezado el armado del partido en el distrito hasta que llegó el momento de nombrar a las autoridades y de conversar sobre candidaturas. En el entorno de Macome mencionan que las diferencias con Catalán en la forma de armar políticamente son sustanciales y que por ahora la relación es mala. Sin embargo, pretendería permanecer en LLA y en el bloque.

Dirigentes y militantes que se habían acercado por Bussi y por Macome al mileísmo cuestionan el “personalismo” y el “amiguismo” en la organización. Esta semana, surgieron versiones en LLA y en la UCR de que el bloque podría pasar a manos de José “Pepe” Seleme. El parlamentario radical, que integra una bancada junto a Silvia Elías, se había mostrado cerca de la agrupación “La Catalán”. Esto y algunas de sus declaraciones públicas a favor de participar de un frente con la LLA habrían generado fuertes roces con su compañera de partido.

Fuentes cercanas al despacho de Seleme afirmaron que se reunió con Catalán para requerir que se emprendan algunas obras y explicaron que se conocen desde la juventud. Descartaron que abandone su bloque, pero reconocieron que hay puntos de coincidencia para avanzar en un probable acuerdo en el futuro. Entre los desilusionados aseguran que el aprendizaje en esta historia es que, en política, el poder es ampliamente buscado y que no hay que arriesgarse mientras las decisiones dependan de Buenos Aires y de intermediarios. Se preguntan, además, quiénes serán los próximos apartados.

Los tiempos elec torales se han acelerado y los escenarios políticos nacional y provincial están revueltos, raros. Mientras hay quienes analizan los detalles de cómo será la nueva campaña, otros siguen de cerca los vaivenes en el PJ y el desencanto de los leones tucumanos.

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