
Las toallas, aunque parezcan limpias a simple vista, acumulan células muertas, humedad y microorganismos que pueden generar malos olores e incluso afectar la salud. De acuerdo con un microbiólogo de la Universidad de Nueva York, lo más recomendable es lavarlas después de dos o tres usos.
Prolongar el lavado por una semana o más puede fomentar la proliferación de bacterias y hongos, especialmente en ambientes húmedos como el baño, donde la humedad y el calor crean el entorno perfecto para su desarrollo.
Indicadores de que tu toalla necesita un lavado urgente
- Si desprende un olor desagradable, es una señal clara de la presencia de bacterias y hongos.
- Si al tocarla se siente húmeda o pegajosa, es probable que ya tenga una alta carga microbiana.
- Si estuvo guardada en un espacio cerrado sin secarse completamente, podría acumular moho.
Consejos para un lavado efectivo de las toallas
Para garantizar una limpieza profunda y eliminar bacterias, sigue estas recomendaciones:
- Lava las toallas después de dos o tres usos para prevenir la acumulación de microorganismos.
- Utiliza agua caliente (al menos 60°C) para eliminar eficazmente bacterias y hongos.
- Asegúrate de secarlas completamente antes de guardarlas, ya que la humedad favorece la proliferación de patógenos.
- Evita dejarlas en lugares cerrados y húmedos, ya que acelera el crecimiento microbiano.
Si las toallas no se lavan con la frecuencia adecuada, pueden acumular bacterias como E. coli y Staphylococcus, lo que podría causar infecciones cutáneas, irritaciones y malos olores persistentes. Adoptar una rutina de lavado regular no solo prolonga la vida útil de las toallas, sino que también contribuye a un ambiente más saludable en el hogar.