"Probemos, no pierdo nada": la frase que llevó a Magdalena a ser estudiante en Japón

Con 17 años, decidió postularse al programa impulsado por AFS y, tras un exigente proceso de selección, fue la única tucumana que obtuvo la beca de intercambio trimestral para estudiar en el país asiático.

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CON SUS COMPAÑEROS. Magdalena era la única mujer en las clases de judo. / AFS CON SUS COMPAÑEROS. Magdalena era la única mujer en las clases de judo. / AFS

Estudiar en el extranjero es el sueño de muchos. Magdalena Juárez, una joven tucumana de 18 años, lo hizo realidad gracias a una beca otorgada por AFS. Así, Magdalena pudo viajar a Japón durante tres meses. La selección para este programa comenzó a nivel provincial y contó con más de 100 inscriptos tucumanos. Se preseleccionó a cuatro jóvenes que pasaron a la segunda etapa nacional, donde finalmente ella resultó elegida.

"Cuando me postulé tenía 17 años. Me enteré de la beca porque AFS había llevado a una estudiante de intercambio a mi colegio, el Santa María. Pensé: ‘probemos, no pierdo nada postulándome’", relata Magdalena en diálogo con LA GACETA. Su padre la motivó a gestionar todo por sí misma, lo que se convirtió en un gran impulso para seguir adelante.

“Este intercambio y todas las pruebas por las que tuve que pasar hicieron que me planteara reiteradas veces cómo me gustaría ver el mundo y qué hacer para poder conseguirlo”, expresa como una de las enseñanzas de la experiencia.

POSANDO EN TOKIO. Valentina, Magdalena y Arashi, otros dos chicos argentinos que ganaron una beca de intercambio. / AFS POSANDO EN TOKIO. Valentina, Magdalena y Arashi, otros dos chicos argentinos que ganaron una beca de intercambio. / AFS

El camino de la beca

La primera instancia del proceso consistió en una reunión virtual donde se explicó el programa y los postulantes debían completar un formulario con sus datos. Sin embargo, lo más desafiante fue idear un proyecto alineado con los ideales de la ONU. Magdalena decidió enfocarse en la igualdad de género y armó una página web informativa.

“Diseñé un formulario de Google para saber distintos aspectos en los que mi círculo cercano estuviera desinformado. Así pensé en hacer una página confiable donde poder hacer las preguntas necesarias”, cuenta. Aunque el proyecto quedó inconcluso, fue clave en su selección.

En la etapa provincial, los participantes se reunieron en San Agustín, donde realizaron actividades de reflexión y trabajo en equipo. "Una de las dinámicas era un simulacro en el que estábamos en un búnker y debíamos decidir a quién dejar entrar. Me hizo cuestionarme muchas cosas sobre mi forma de pensar", recuerda.

De los 60 aspirantes, solo siete pasaron a entrevistas con sus familias. "Mis padres estaban muy orgullosos de todo lo que logré. También sentí mucho apoyo de mis amigos, quienes me preguntaban cómo iba avanzando", cuenta Magdalena.

COMIDA TÍPICA. En Japón, Magdalena fue recibida por una familia y una ''mamá'' que le preparaba comida a ella y a sus ''hermanos'''. / AFS COMIDA TÍPICA. En Japón, Magdalena fue recibida por una familia y una ''mamá'' que le preparaba comida a ella y a sus ''hermanos'''. / AFS

Una experiencia transformadora en Japón

Finalmente, tras superar todas las etapas, Magdalena viajó a Japón y fue recibida por una familia japonesa. Allí vivió una experiencia única. "Cada día fue un aprendizaje. Me sorprendió la importancia que le dan a la privacidad en redes sociales. Siempre piden consentimiento antes de subir fotos, algo que adopté incluso después de volver a la Argentina", comenta.

Probemos, no pierdo nada: la frase que llevó a Magdalena a ser estudiante en Japón

El ámbito académico también la impactó. "Las clases eran de 8 a 18 horas y al final del día los propios estudiantes debíamos limpiar el aula. El ritmo de estudio es mucho más exigente que en la Argentina, pero con el tiempo me adapté y hasta logré calificaciones máximas", destaca.

PAISAJE MATUTINO. Magdalena pasaba todas las mañanas por la estación de tren, que tiene su propio personaje. / AFS PAISAJE MATUTINO. Magdalena pasaba todas las mañanas por la estación de tren, que tiene su propio personaje. / AFS

Según Magdalena, esta beca no sólo le permitió conocer otra cultura, sino que también la ayudó a crecer personalmente. “Las becas sólo dan frutos a quienes estén dispuestos a conseguirlos, a quienes sean capaces de superarse a sí mismos cada vez y a no darse por vencidos frente a situaciones mínimas”, expresa.

Agradecida con su familia, amigos, AFS y su colegio, Magdalena espera que su historia motive a otros a postularse y vivir una experiencia transformadora como la suya.

Becas abiertas

Las filiales de la Argentina y de Uruguay de AFS (American Field Service) pusieron en marcha una nueva edición de su programa de intercambio cultural y académico Becas Efecto 2025 dirigido a jóvenes de entre 15 y 18 años que deseen vivir una experiencia especial en el extranjero. Abierta hasta el 27 de marzo, esta convocatoria tiene como objetivo brindar a los estudiantes la posibilidad de sumergirse en nuevas culturas, mejorar su desempeño académico y ampliar sus perspectivas globales.

La inscripción se realiza mediante un formulario online, que está disponible en el siguiente enlace: https://goo.su/ybgp Los interesados deberán presentar también una carta de recomendación y un proyecto de acción social que contribuirá a fortalecer sus posibilidades de ser seleccionados.

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