Sin Messi y sin Lautaro Martínez, la cuenta pendiente que debe saldar la selección argentina

Argentina enfrentará a Uruguay en el primero de dos duelos en el que tiene un desafío doble. Por un lado, podría dar un paso importante que la depositarla en el Mundial 2026; por el otro, tiene la obligación de jugar sin Lionel Messi, algo que ya no es tan extraño, pero que de todas maneras obliga a la albiceleste a buscar variantes en el juego. Afortunadamente para el equipo de Lionel Scaloni, la estadística sin el astro está de su lado.

En total, han sido 20 los partidos en los que el capitán no pudo estar presente, sea por descanso, expulsiones o lesiones. Curiosamente, el inicio del ciclo Scaloni, allá por 2018 y después del Mundial de Rusia, fue sin Messi: el DT no lo citó durante seis partidos para darle descanso. Y así, el crack rosarino no fue convocado para los amistosos ante Guatemala, Colombia, Irak, Brasil y dos ante México.

Su retorno se dio en 2019, con la Copa América como gran objetivo. Aquel certamen es recordado también por haber generado otra de sus ausencias: la expulsión ante Chile en el partido por el tercer puesto y sus explosivas declaraciones posteriores derivaron en una suspensión de cuatro encuentros.

Entre 2020 y 2021, camino a la obtención de la Copa América en Brasil, Messi no se perdió ningún partido. En tanto, en 2022 no participó en dos encuentros por Eliminatorias: ante Chile y Colombia.

Ya en 2023, el amistoso ante Indonesia marcó su primera ausencia del año, mientras que en Eliminatorias no estuvo contra Bolivia por una lesión muscular. En 2024, los problemas físicos lo marginaron de los amistosos ante El Salvador y Costa Rica, y en la Copa América fue suplente ante Perú por molestias.

Luego, la lesión ligamentaria sufrida en la final ante Colombia lo dejó afuera de los partidos ante Chile y nuevamente los cafeteros por las Eliminatorias. Y ahora, contra Uruguay y Brasil, un nuevo problema muscular lo dejará fuera de acción, por lo que serán 22 los partidos de la Selección sin su as de espadas.

La Selección tiene balance positivo sin Messi

Hasta ahora, la Selección jugó 20 partidos sin Messi bajo el mando de Scaloni, y de esos en 19 ni siquiera estuvo en el banco. Sólo perdió dos veces (0-1 vs. Brasil en 2018 y 1-2 vs. Colombia en 2024), empató cinco (0-0 vs. Colombia en 2018, 0-0 vs. Chile en 2019 y 2-2 vs. Alemania en 2019, entre otras) y ganó las restantes. Es decir, un 80% de efectividad. En cuanto a goles, lleva anotados 44, mientras que tan solo le marcaron ocho veces.

El punto que debe mejorar la Scaloneta

Más allá de los números, lo que preocupa a Argentina es su actualidad jugando fuera de casa. Primero fue el infierno de Barranquilla. Después, la lluvia y humedad de Maturín. Luego, la fiereza del Paraguay de Gustavo Alfaro, que redujo a su mínima expresión al campeón del mundo.

Fueron dos derrotas y un empate, la peor serie como visitante en la era Scaloni. Ahora, sin Messi ni Lautaro Martínez, el reto será mayor: volver a la victoria en un estadio Centenario colmado y con clima de final.

En Barranquilla, con 40 grados y 80% de humedad, Argentina compitió sin Messi ni Alexis Mac Allister. Mereció mejor suerte, pero cayó 2-1 con un polémico penal sobre la final. Luego, en Venezuela, el partido estuvo al borde de la suspensión por un huracán y, con un equipo remendado, apenas rescató un empate. Y en Paraguay, mostró su versión más deslucida: sin conexiones, sin aprovechar a Messi y sin garantías defensivas.

Ahora, con cuatro titulares al límite de tarjetas (Otamendi, De Paul, Mac Allister y Enzo Fernández) y un Uruguay que jugará a todo o nada, Argentina tendrá otra prueba de carácter sin su capitán. La Celeste, motivada al máximo y que marcha segunda en la tabla de posiciones jugará a todo o nada. Sus fanáticos agotaron las entradas en 96 horas y los dirigidos por Marcelo Bielsa intentarán volver a poner de rodillas a Argentina (fue la única Selección que venció a los dirigidos por Scaloni en Buenos Aires). Para la Scaloneta, la deuda externa sigue pendiente: recuperar su identidad fuera de casa y demostrar que es mucho más que su capitán.