

Una alternativa de relaciones está ganando terreno especialmente entre los jóvenes en un tiempo donde las aplicaciones de citas prometen amor instantáneo, pero dejan un vacío emocional, y donde las crisis económicas hacen casi imposible vivir de forma independiente. Se trata del "matrimonio lavanda" o lavender marriage en inglés, un concepto que fue reinventado por la Generación Z como una forma de vivir en pareja sin las tradicionales expectativas románticas.
El término se acuñó en el siglo XIX, en plena época victoriana, para referirse a matrimonios de conveniencia entre personas LGBTQ+ que buscaban ocultar su orientación sexual. Hoy tomó un giro y una dimensión completamente diferente. En el presente, los "matrimonios lavanda" son acuerdos entre personas que buscan estabilidad emocional, económica y social sin involucrarse necesariamente en un vínculo pasional.
Lejos de ser una moda pasajera, este fenómeno responde a una necesidad real de crear relaciones estables y afectivas, pero sin los convencionalismos que históricamente se asocian al matrimonio. El "matrimonio lavanda" se convirtió en una opción especialmente atractiva para aquellos que buscan aliviar la soledad crónica y reducir las presiones de cumplir con expectativas románticas y sociales.

Según una encuesta reciente de Harvard-Gallup, Global Study of Human Flourishing, el 58% de los jóvenes entre 18 y 29 años considera viable un matrimonio sin romance. Esta idea se replica en las redes sociales. En TikTok, el hashtag #LavenderMarriage ya supera los 300 millones de visualizaciones, lo que demuestra hasta qué punto se está hablando sobre esto. Además, plataformas como Platonic Life Partners (especializada en conectar aspirantes a este modelo) crecieron el 170% en 2024.
Las tres razones detrás del boom de los "matrimonios lavanda"
El auge de las uniones consensuales de este tipo pueden deberse a varios factores, como la economía de la supervivencia. El costo de la vivienda aumentó drásticamente, lo que hace más difícil para los jóvenes vivir solos.
Otro podría ser la posible desilusión con las aplicaciones de citas. Plataformas como Tinder y Bumble registraron caídas significativas en el número de usuarios, lo que refleja el desánimo generalizado con las dinámicas que proponen. Tinder perdió el 6% de usuarios premium en 2024 y Bumble eliminó su requisito de “mujeres escriben primero” ante la caída del engagement.
¿Es esto el futuro de las relaciones?
Cada vez menos jóvenes se comprometen a formar una familia en los términos tradicionales. En la Argentina, la edad media de casamiento aumentó. En los 2000, era de 30 años para hombres y 28 para mujeres: 23 años después, las edades cambiaron a 37 y 35 respectivamente. Además, el Censo de 2010 indica que las uniones convivenciales se expanden con rapidez.

Mientras que las tasas de matrimonio tradicional siguen en descenso, el "matrimonio lavanda" plantea una pregunta radical: ¿y si separáramos el compromiso del romance? Para la Generación Z esta no es una renuncia al amor, sino una forma de extender los límites afectivos. Es justamente lo que expresaron los actores estadounidenses Jacob Martin Hoff y Samantha Wynn Greenstone, quienes decidieron casarse para transformar su amistad profunda en una conexión de almas, pese al hecho de que él es abiertamente gay y, según dijo a The New York Times, no tiene intenciones de dejar de serlo.
Al final, el matrimonio lavanda no es sólo una tendencia: es una transformación en la forma en que entendemos el cuidado mutuo y la autonomía afectiva. Si esta flexibilidad relacional podría resultar más saludable que forzar estructuras, la respuesta, como los lazos humanos, sigue siendo compleja y profundamente personal.