
Pareciera que los trabajadores tendríamos que resignarnos a las falencias de nuestro sistema previsional y no tener otro camino que el haber que nos abonará Anses en el futuro, en función de los años de aportes, el tipo de trabajador, o los diferentes ingresos que hayamos tenido en la etapa activa sin tener presente (quizás porque nunca nos hayan asesorado), que los ingresos una vez llegado el retiro, se pueden mejorar sustancialmente.
La realidad de nuestro sistema previsional
Tenemos distintos tipos de trabajadores, independientes, en relación de dependencia, mixtos, simultáneos y por supuesto cada uno amerita su análisis previsional a fin de orientarlos a una mejor jubilación en el futuro, o aspirar a tener iguales o mayores ingresos que los que tenemos en la vida activa, lo cual es perfectamente factible.
En términos generales, podríamos decir que un trabajador que siempre aportó como independiente (al margen de su actividad) está prácticamente destinado a cobrar alrededor de un haber mínimo previsional, sin tener en cuenta su nivel de facturación mensual.
Un trabajador en relación de dependencia, al jubilarse, percibirá un ingreso de entre el 25% al 65% de sus remuneraciones y esta gran diferencia tiene que ver con los años de aportes, con el tope de jubilación máxima del sistema y con los últimos 120 sueldos brutos actualizados; son muchas las variables a considerar para determinar un haber previsional, pero con cada caso particular, se puede saber con la debida antelación.
Por último, los trabajadores mixtos, relación de dependencia y autónomos/ monotributistas, tendrán un modo de practicar la liquidación de manera diferente y en proporción al tiempo trabajado y aportado como cada tipo de trabajador.
Anticipación y planificación
A sabiendas de lo antes dicho, tendríamos que plantearnos un par de acciones: anticipación y planificación. La anticipación supondrá recurrir cuanto antes (cuanto más joven mejor, o al menos tener un margen de 12 a 20 años hasta la jubilación) a un abogado/a especialista en derecho previsional que nos realice un análisis integral de la situación personal a fecha actual. Es nuestro trabajo, en función de la situación de cada uno, arrojar un monto aproximado (estimado por sistema) de cuál sería el haber de la jubilación si fuese hoy la fecha de la misma.
Con ese dato y ese promedio de impacto negativo en los ingresos que la persona va a tener al momento de cumplir la edad, se podría planificar un mejor retiro y corregir de antemano algunas situaciones: deudas de autónomo o monotributo, búsqueda de documentación de empresas inexistentes, plan de deuda para completar aportes o la contratación de un seguro de retiro.
Seguro de Retiro
Desde hace unos 15 a 20 años, el seguro de retiro viene marcando la tendencia de las jubilaciones actuales y sobre todo de las futuras, siendo en algunos casos un complemento del haber del jubilado y, en muchos casos, el mayor ingreso en la vida pasiva.
Hoy resulta casi imprescindible contar con él porque -además de que nos aportará un ingreso extra muy importante- la realidad es que también tenemos que afrontar una nueva longevidad: el avance de la medicina hizo que creciera la expectativa de vida y por ende, no solo es bueno saber que viviremos más, sino anticiparnos y planificar para vivir bien. El seguro de retiro está íntimamente ligado a la capacidad de ahorro de cada trabajador, ya sea dependiente o independiente, autónomo o monotributista. En el mundo de las finanzas, se sugiere siempre que el trabajador tendría que ahorrar antes de gastar; o gastar lo que queda luego de ahorrar.
De ese modo adquirimos el hábito del ahorro, pensando en tener siempre un fondo de retiro que nos permita acudir a él ante cualquier eventualidad económica, de salud, de inversión o directamente para el momento de la jubilación; los objetivos pueden ser variados, y tienen mucho que ver con la edad de la persona que comienza su plan de retiro. Lo fundamental es comenzar ya.
Por otro lado, no se trata solo de ahorrar, ya que, de ese modo, sólo tendríamos en el tiempo el valor nominal del dinero ahorrado, sino de además capitalizar ese fondo a través de alguna de las Compañías de seguros que trabajan en el mercado, siempre viendo la cantidad de años que llevan en el país protegiendo el retiro.
El seguro de retiro es una herramienta de formación de capital en el tiempo, que nos permitirá complementar la jubilación, sostener o mejorar nuestro nivel de ingresos cuando nos retiramos de la vida activa; y eso depende de la anticipación con la que lo contratemos.
Resultados a través de los años
Actualmente, la mayoría de los trabajadores cuenta con un seguro de retiro pensando en su futura jubilación; ya sea porque es trabajador independiente y sabe que su haber previsional será equivalente a una jubilación mínima, o, porque siendo trabajador en relación de dependencia, ya solicitó a un abogado especialista un análisis previsional de su situación y conoce en qué porcentaje disminuirán sus ingresos una vez jubilado; con la contratación del seguro se logra equipara los ingresos y muchas veces superarlos, dependiendo de a qué edad lo contrató y cuanto destinó para su retiro.
Como especialista en previsional y asesora de vida y retiro, a lo largo del tiempo ya hemos conseguido no sólo la jubilación en sí misma, sino el plan de retiro como complemento y hoy podemos dar fe de que, en muchos casos, el rescate del plan de retiro es el mayor ingreso, pasando a ser el haber jubilatorio su complemento.
Las empresas del medio también se hacen eco de la situación del sistema previsional, la extensión de la edad jubilatoria, cómo disminuyen los ingresos de los socios, accionistas y/o empleados en general y están tomando los planes corporativos de retiro como una herramienta laboral para mejorar el futuro previsional de los empleados, un ahorro en el pago de remuneraciones y cargas sociales en el futuro, lo cual genera en beneficio para todos: empresas y empleados.