Las lágrimas caen sobre los rings tucumanos por Santillán

Alberto Leopoldo Santillán sufrió un paro cardiorespiratorio ayer, según confirmaron fuentes policiales, y en el hospital Centro de Salud el ex boxeador, retirado desde 2013 (y ex policía), falleció a los 44 años. El parte médico detalla que se encontraba en “situación de calle” y que había ingresado al centro asistencial descompensado a las 19. De acuerdo al parte policial, su deceso se produjo a las 22.47.

Santillán fue identificado siempre con el boxeo. Su carrera profesional comenzó en 2006 y peleó por última vez en 2013. Su foja quedó con 29 combates, 19 de ellos con triunfos de los cuales seis fueron por nocaut; 11 derrotas, cinco las sufrió por la vía rápida. Apodado “El Puma”, más que por recursos técnicos y estratégicos, se caracterizó por su resistencia lo que hacía que los combates fueran más complicados de lo que se esperaba. 

Además, antes de boxear y un tiempo durante su carrera deportiva, Santillán trabajaba en el bar Málaga de la zona de ex terminal, en el pasaje Sargento Gómez. Su tarea no era la de cualquier empleado de un local gastronómico: era bandejero, el que estaba en la vereda y atendía a la clientela, tarea designada para quienes poseen ese “don de gente” que no abunda. Con un particular carisma, “Ojitos” (su mirada era achinada), como también era conocido en el ambiente comercial, podía atraer clientes.

Algo similar ocurría al momento de ejercer su última profesión como policía. En los operativos de seguridad deportiva, siempre estaba atento a los periodistas que solían cubrir sus combates y a los que, desde su rol, podía devolverles de alguna manera lo que él consideraba un gran gesto al difundir sus logros deportivos. Santillán combatió por títulos regionales, siempre en peso liviano. En 2016 no pudo ganar el título Latino del Consejo Mundial de Boxeo y en 2018 tampoco pudo quedarse con otra corona vacante, la de la Federación Internacional de boxeo.

La carrera –y su vida también- de “El Puma” estuvieron condicionadas por un historial de adicciones. “Tuvo también una gran batalla. Fue un chico con muchas condiciones que, lamentablemente, por problemas personales que nunca los pudo resolver, su carrera no llegó a lo más alto porque condiciones tenía”, es el recuerdo que le quedó a “Rolo” Marín, que fue mánager de varios boxeadores, incluido “El Puma”.