El alma del ciclón: los hinchas mayores de 70 que siguen alentando como el primer día

Luis y Juan Carlos no faltan a un partido de San Lorenzo. Su amor por el club resiste el paso del tiempo, el cambio de estadio y la transformación del fútbol moderno.

El alma del ciclón: los hinchas mayores de 70 que siguen alentando como el primer día

Venir a la cancha después de los 70 no es algo que todos se atrevan a hacer. No es solo por las piernas, que ya no responden igual, ni por el ruido de las hinchadas, que parece más fuerte con los años. Es porque las emociones, vividas durante más de siete décadas, se sienten al triple. La energía acumulada a lo largo del tiempo se fusiona con la historia personal que se teje en cada grito, en cada aliento. Son años de pasión, de ver equipos campeones y equipos no tan buenos, de títulos ganados y títulos perdidos. Los tiempos cambian, los estadios también, pero ellos se mantienen intactos. La pasión sigue igual: inquebrantable.

Luis Angio tiene 72 años y es hincha de San Lorenzo desde que tenía apenas cuatro. El fútbol no es el mismo, lo sabe bien. Recuerda sus primeros pasos en el viejo Gasómetro, ese que marcó una época y sigue siendo parte fundamental de la identidad del hincha “cuervo”. En 2025, Luis vuelve a la cancha, esta vez al Nuevo Gasómetro, para reencontrarse con el club de sus amores en un contexto completamente distinto, con un estadio diferente.

Luis sigue ejerciendo como periodista, pero hoy, durante el partido, su profesión pasa a un segundo plano. Lo único que importa es estar allí, bajo el sol, en las gradas, alentando al “Ciclón”. Al final de cuentas, esa es la verdadera vocación de cualquier hincha: vivir el fútbol con el alma.

“El fútbol no es el mismo. Sí, como juego es divertido para ver, pero ya hay todo un negocio detrás, un negocio que pasó a ser más importante que el deporte en sí” reflexiona Luis, mirando el campo.

Lo que más le duele es ver cómo el fútbol moderno cambió la esencia del juego. Los chicos debutan a una edad tan temprana que, en cuanto hacen un buen partido, ya los venden al exterior, sin que hayan tenido tiempo de formarse en el club como antes.

A pesar de estos cambios, el amor de los hinchas de San Lorenzo sigue siendo el mismo. Luis lo nota cada vez que el equipo juega. La gente sigue al club en las buenas y en las malas, viaja a todas partes, no importa la adversidad. Sin embargo, hay algo que le hace ruido, algo que le quita parte de la esencia que siempre estuvo presente en el fútbol argentino: la ausencia de hinchas visitantes.

“Que no estén los hinchas rivales es una barbaridad. Se pierde la mitad de la emoción, se pierde el folclore del fútbol “ finaliza.

A su lado, en las gradas, está Juan Carlos Pereyra, un hombre de 84 años con una historia profundamente ligada a San Lorenzo. No es un hincha más: fue directivo del club en dos oportunidades, en los períodos de 1972 a 1974 y de 1990 a 1992. Además, dirigió la pensión del club, formando a jóvenes que hoy siguen recordando su figura. Para Juan Carlos, San Lorenzo es su vida, su historia, su razón de ser.

Juan Carlos sigue viviendo a tan solo ocho cuadras del Viejo Gasómetro, ese estadio que para él representa mucho más que un lugar de fútbol. De hecho, lleva con orgullo una camiseta con la inscripción “Avenida La Plata 1702”, y mantiene ese vínculo tan profundo que lo conecta con cada rincón de esa tierra santa. Aunque hoy el Nuevo Gasómetro es su hogar, el cariño por el estadio original nunca se desvanece.

“Esto se hizo a pulmón. Le tengo mucho cariño a todo lo que abarca el club” dice con la voz entrecortada por la emoción.

Mientras habla, sus ojos se humedecen, como si en cada palabra se desbordara el amor que guarda desde hace años. El fútbol tiene esa capacidad de tocar las fibras más profundas de cada hincha, de revivir recuerdos olvidados, de traer a la memoria los días de gloria y también los de lucha.

Sin embargo, también es consciente de los desafíos que enfrenta el club en su camino hacia el futuro. “Tenemos que formar un plantel ejemplar, que la gente quiera seguir, que se lo recuerde por sus victorias. San Lorenzo tiene que volver a ganar copas internacionales”, afirma con determinación.

No importa que el club haya vivido años de vaivenes. Lo importante es que el hincha siempre estará ahí, alentando. Y eso es lo que él valora más que todo: ver cómo los más jóvenes, los niños, las mujeres, se suman cada vez más a esa pasión desbordante.

Para Juan Carlos, el fútbol sigue siendo una fuente inagotable de energía. Además, observa con optimismo la presencia de nuevas generaciones en las gradas.

“Me entusiasma como el primer día” concluye Juan Carlos, con su rostro iluminado por una sonrisa sincera, la misma que debía haber tenido cuando era un niño y se sentaba por primera vez a alentar a su equipo.

Ellos, como tantos otros hinchas mayores de 70 años, siguen visitando la cancha con la misma energía, con la misma emoción, con la misma pasión que los vio nacer. En sus corazones, San Lorenzo nunca se apaga.

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