

En el complemento del triunfo contra Alvarado, San Martín de Tucumán no sólo se reencontró con su mejor versión futbolística para quedarse con tres puntos valiosos gracias a un doblete de Juan Cruz Esquivel. También reafirmó una de sus apuestas más significativas en esta temporada: la confianza en los jugadores tucumanos.
En los últimos 45 minutos del partido disputado en el José María Minella, el equipo estuvo compuesto, en su mayoría, por futbolistas nacidos en la provincia. Alan Cisnero, Guillermo Rodríguez, Gonzalo Rodríguez, Gustavo Abregú, Ulises Vera, Mauro Osores y Agustín Prokop fueron parte del “11” en los últimos minutos contra el “Torito”, y dejaron una imagen sólida desde lo colectivo y también desde lo individual.
Este detalle no es menor, especialmente en el contexto actual del fútbol argentino, en el que la mayoría de los planteles están integrados por jugadores de distintos puntos del país e incluso del extranjero. El criterio de selección suele estar basado en el rendimiento, la experiencia o la jerarquía. Sin embargo, San Martín está transitando un camino distinto. Se convirtió en uno de los pocos clubes del ascenso en el que el sentido de pertenencia no es sólo un discurso, sino una política deportiva que se traduce en la cancha.
Con la confirmación de Ariel Martos en el banco de suplentes, los futbolistas surgidos de las inferiores del club, así como los tucumanos que llegaron desde otras instituciones, comenzaron a tener más protagonismo.
El nuevo entrenador apostó fuerte por ellos, y la respuesta fue inmediata. No sólo desde lo emocional, por lo que representa para un jugador jugar en el club de su tierra, sino también en términos de rendimiento. A la fecha, San Martín lidera la zona A de la Primera Nacional y se mantiene como uno de los equipos más regulares del torneo.
Actualmente, el plantel profesional cuenta con 13 tucumanos. Y varios de ellos no sólo sumaron minutos, sino que también se ganaron un lugar importante en el equipo titular.
Consolidado
El caso más destacado es el de Guillermo Rodríguez, defensor central nacido en San Pablo, que disputó 10 partidos desde el arranque en esta temporada y lleva 884 minutos en cancha. “Guille” se adaptó a una defensa que tuvo constantes modificaciones por lesiones o decisiones tácticas, y formó dupla con Tiago Peñalba, Juan Orellana y Osores sin perder rendimiento.
Su promedio de duelos ganados por partido es del 67%, y tiene un 88% de precisión en pases, según el sitio SofaScore.
Otro nombre clave es el de Abregú, también paulistano. Si bien aún no logra destacarse en la generación de juego como en la temporada pasada, su evolución en los últimos partidos fue notoria. Participa activamente en la recuperación y tiene un promedio de 20,1 pases precisos, con un 5,7 de pelotas recuperadas por duelo.
Entre los que también sumaron minutos y le respondieron al entrenador cada vez que les tocó entrar están Osores (355 minutos en cuatro partidos), Prokop (110’), Cisnero (7’), Jesús Soraire (251’), Gonzalo Rodríguez (82’), Mauro Verón (41’) y Vera (271’).
El aporte de Vera
“Mocho” se convirtió en una de las revelaciones del plantel en esta temporada. Cada vez que ingresa, Vera ofrece velocidad, desborde y profundidad, y se convirtió en una de las principales opciones de cambio en ofensiva. Su promedio de regates exitosos es de 2,1 por partido, y tiene una participación directa en tres situaciones de gol desde que comenzó el torneo.
El caso de Nicolás Moreno también merece ser mencionado, aunque una dura lesión (ruptura de ligamentos cruzados de la pierna derecha en el empate contra Tristán Suárez, semanas atrás) lo marginó del resto del año. Sin embargo, “Chuny” venía sumando minutos como una alternativa en ataque, luego de que en la temporada pasada había logrado su mejor rendimiento.
Buen ingreso
En tanto Osores, otro de los nombres importantes, logró consolidarse como alternativa en la zaga defensiva. Cuando le tocó reemplazar a Orellana o acompañar a Rodríguez, no desentonó y mostró seguridad en el juego aéreo y firmeza en los cruces. Su promedio de despejes es de 4,3 por partido.
Completa la lista de tucumanos con minutos, el extremo Gonzalo Rodríguez, quien se ganó un lugar como opción de recambio a Franco García. Mientras tanto, hay dos futbolistas tucumanos que aún no debutaron en este torneo: el arquero Nicolás Carrizo y el mediocampista Aníbal Paz, que llegó desde el club San Pablo luego de destacarse en el torneo de la Liga Tucumana.
La presencia de futbolistas locales no sólo refuerza la identidad del equipo, sino que también genera una conexión especial con el hincha. En cada grito de aliento desde las tribunas de La Ciudadela hay una historia compartida, un barrio en común o un pasado en las divisiones juveniles.
En tiempos en los que el fútbol se volvió más global y el sentido de pertenencia parece diluirse, San Martín eligió mirar hacia adentro. Apostó por los suyos. Por los chicos del club, por los que se formaron en las inferiores, y por los tucumanos que soñaban con ponerse la camiseta roja y blanca. Y esa decisión, lejos de ser sólo una declaración romántica, empieza a rendir frutos dentro del campo de juego.