Ni con uno más: San Martín de Tucumán empató con All Boys en una tarde gris y accidentada

Las lesiones, la falta de eficacia y un penal polémico marcaron una jornada frustrante en La Ciudadela para el equipo de Ariel Martos.

BAJO CONTROL. Hernán Zuliani fue de los puntos más altos en el empate de San Martín. BAJO CONTROL. Hernán Zuliani fue de los puntos más altos en el empate de San Martín. Foto de Diego Aráoz/LA GACETA.

La lluvia no dio tregua en Tucumán y tampoco lo hizo el fútbol en La Ciudadela. Bajo un cielo gris y un clima denso, San Martín vivió una tarde cargada de emociones, de esas que parecen prometer una historia épica pero terminan empapadas de frustración. El empate contra All Boys 1-1 fue como una tormenta de verano: intensa, inesperada y, al final, insatisfactorio. El “Santo” lo tuvo todo para ganar, incluso con un jugador más durante buena parte del segundo tiempo, pero se fue con la bronca de haber dejado pasar una oportunidad que parecía servida en bandeja.

La primera señal del temporal llegó apenas iniciado el partido. En tan solo tres minutos, el árbitro Nahuel Viñas cobró penal a favor del visitante. Ariel Martos no podía creer lo que veía, y los jugadores de San Martín rodearon al juez de línea buscando una explicación. Según la mirada del cuerpo arbitral, Mauro Osores sujetó de la camiseta a Claudio Campostrini en el área. Luego de algunas protestas y un clima tenso en las tribunas, Julián Ceballos convirtió el penal a los ocho minutos.

Pero la respuesta fue inmediata, casi como un trueno que sigue al rayo. Apenas un minuto después del gol visitante, San Martín ejecutó un tiro de esquina y, tras dos cabezazos consecutivos en el área, apareció Mauro Verón para empujarla y marcar el empate. El delantero oriundo de 7 de Abril se reencontró con el gol tras 685 días: su última anotación había sido un doblete contra Defensores de Belgrano, en la temporada 2022/23. Y justo en un momento clave, en el que el equipo necesitaba respuestas ofensivas ante la ausencia de Martín Pino, lesionado.

La tormenta de emociones no terminó ahí. En cuestión de minutos, Juan Cuevas se lesionó y tuvo que ser reemplazado, Juan Cruz Esquivel estrelló un remate en el palo, y Juan Pablo Passaglia vio la roja directa por una fuerte infracción a Federico Murillo.

Con uno más en el campo, San Martín tuvo nuevas chances, como otro disparo de Esquivel que fue despejado sobre la línea por un defensor de All Boys. No obstante, el primer tiempo se cerró con un sabor agridulce: muchas llegadas, pero poca eficacia.

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Cambió la cara en el complemento

Ya en la segunda mitad, el equipo de Martos intentó adueñarse del trámite, como lo había hecho en los primeros 45 minutos, pero no logró plasmar esa superioridad en el marcador. A diferencia de otros partidos del campeonato, este fue probablemente el que más situaciones de gol generó San Martín. Sin embargo, las lesiones y el desgaste físico empezaron a pasar factura.

Además de Pino, se lesionó Gonzalo Rodríguez (un problema en el hombro derecho), Darío Sand terminó con molestias en la rodilla (le dejó su lugar al debutante Tomás García) y Cuevas sufrió una distensión en el femoral. En tanto que Matías García fue reemplazado por una cuestión táctica.

A ese contexto complejo se sumó otro problema: los cambios no estuvieron a la altura. El banco de suplentes no ofreció soluciones y el equipo perdió claridad en los últimos metros.

A pesar de tener un jugador más durante gran parte del complemento, no encontró los caminos para romper la defensa rival y terminó estrellándose una y otra vez contra sus propias limitaciones.

La falta de eficacia volvió a ser un síntoma preocupante en La Ciudadela, donde San Martín solo pudo ganar dos partidos e igualar otros tres. Y aunque por ahora se mantiene en la cima de la tabla (al menos hasta que juegue Atlanta), la sensación que dejó el encuentro fue de esas que duelen más que una derrota: porque el equipo lo buscó, generó, lo tuvo todo a su favor y aun así no supo definirlo.

Así, bajo una lluvia persistente que acompañó el estado de ánimo de los hinchas, el “Santo” sumó un punto con sabor a poco. El clima en Tucumán fue un reflejo del partido: nublado, pesado y frustrante. Parecía que podía despejar en cualquier momento, que el sol iba a salir con una victoria, pero al final las gotas cayeron más fuerte y terminaron empapando hasta la ilusión.

Ahora, San Martín deberá secarse rápido, levantar la cabeza y prepararse para su próximo desafío: una visita siempre difícil a Arsenal de Sarandí; porque el torneo sigue, y más allá de este traspié emocional, continúa siendo protagonista.

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