“Yo te voy a ayudar, pero vos también tenés que creer”: el mensaje que el Papa le dio a un hincha de San Martín

Franco Iosa, fanático del "Santo", viajó al Vaticano en 2015 y le entregó la camiseta del club a Jorge Bergoglio. “Nunca imaginé estar tan cerca de él”, recordó.

CON LA DEL SANTO. Franco Iosa le regaló la camiseta de San Martín de Tucumán al papa Francisco. CON LA DEL "SANTO". Franco Iosa le regaló la camiseta de San Martín de Tucumán al papa Francisco.

El fallecimiento del papa Francisco dejó un vacío inmenso en millones de personas alrededor del mundo. Para Franco Iosa, fanático de San Martín de Tucumán, el recuerdo del Sumo Pontífice está ligado a una de las experiencias más fuertes de su vida: haberle entregado la camiseta del club en el Vaticano, en 2015, y recibir de él un mensaje de fe y esperanza en un momento difícil.

Todo comenzó con una oportunidad inesperada: su hermana Catalina había sido aceptada para estudiar en Roma. “El contexto fue muy particular. Mi hermana menor, Catalina, se iba a Italia para estudiar idiomas y cultura. Nosotros tenemos ascendencia italiana. Cuando me dijo que iba a estar en Roma, yo le respondí: ‘Bueno, voy con vos’. Y ahí nació la idea de intentar ver al Papa”.

La pasión por San Martín no tardó en aparecer entre los preparativos. “Lo primero que hice, apenas supe que viajábamos, fue poner la camiseta de San Martín en el bolso. Mi mamá todavía se ríe de eso. Decía: ‘¿Cómo vas a llevar la camiseta de San Martín al Papa?’ Todavía hoy nos reímos de eso. Y pensar que esto fue en 2015…”

El 25 de marzo de ese año se concretó el encuentro. Lo que parecía una audiencia masiva más en la Plaza San Pedro se transformó en algo íntimo e inolvidable. “Yo al Papa lo vi el 25 de marzo. Ese día le entregué la camiseta de San Martín. Así que ya pasaron más de diez años de esa anécdota”.

Con determinación, Franco logró acercarse mucho más de lo que permitía el protocolo. “Estaba previsto ir a la Plaza San Pedro, como parte del itinerario. Eso significa ver al Papa a lo lejos, no tener contacto. Pero se me ocurrió, con algo de viveza criolla, ver si podía acercarme más. Me acerqué a un guardia suizo, justo cuando pasaban autoridades, y corrí hacia ese sector. Creo que por error me dejó pasar… ¡Yo con la camiseta de San Martín puesta! Imposible que haya creído que era autoridad”.

“En la iglesia se forma una gran fila para que el Papa salude a distintas personas: discapacitados, enfermos, peregrinos. Ahí me ubicaron”.

El momento fue tan impactante como cálido. “Nunca imaginé estar tan cerca del Papa. Mucho menos que me hablara, que me preguntara quién era, cómo me llamaba, qué me pasaba. Más allá de cualquier discusión política, económica o si vino o no a la Argentina, yo lo sentí muy cálido, muy humano, muy cercano”.

La camiseta que le entregó tenía un significado especial: “Le llevé una camiseta que me había dado Diego Barrado, que jugaba en Boca Unidos. Su hijo, Julián, estaba pasando un momento complicado de salud. Me pidió que si podía, se la llevara. Y así lo hice”.

Aún recuerda con claridad la charla con Francisco: “Le dije al Papa que esperara, que tenía que sacar dos camisetas de la mochila. Él me respondió: ‘Sí, no hay problema’. Después me preguntó mi nombre, le conté sobre mi discapacidad motriz, que la tengo desde que nací. Me dijo: ‘Yo te voy a ayudar, pero vos también tenés que creer en Dios, rezar, hacer tu parte: rehabilitación, entrenamiento. No todo es milagro’”.

BENDICIÓN. El papa Francisco le pidió a Franco Iosa que continúe con su rehabilitación. BENDICIÓN. El papa Francisco le pidió a Franco Iosa que continúe con su rehabilitación.

"La camiseta de San Martín se la quedó él", confesó Iosa

Pero además del pedido personal, Franco tenía una misión: sacar a San Martín del infierno del Federal A. “La camiseta de San Martín se la quedó él. Era una camiseta especial, con los nombres de los socios impresos. Mi mamá me sugirió llevar esa: ‘Es como llevar una bendición para todos los que están en la camiseta’. Y así fue”.

“Cuando le di la camiseta, San Martín estaba en el Federal A. Le pedí por el ascenso. Él me dijo: ‘Tranquilo, yo voy a ayudar’. Y si no me equivoco, a los cuatro o seis meses, el club ascendió”.

La imagen recorrió el mundo, y Franco lo supo después. “En el mismo Vaticano, después de la audiencia, algunos tucumanos me reconocieron y me dijeron: ‘¡Le diste la camiseta de San Martín al Papa!’ Yo ni sabía que había pantallas en la plaza. Parece que se vio todo en vivo”. Diez años después, la emoción sigue intacta. “Fue una de las cosas más lindas que me pasó en la vida. Si me lo decías un año antes, no te lo creía. Pero lo logré, con convicción”.

Para Franco, la figura del Papa va más allá del Vaticano. “Para mí, el Papa es una persona muy transparente, servicial, humilde. A cada persona en la fila le dedicaba su tiempo. Eso no sé si es normal en todos los Papas, pero él tenía un carisma distinto”, concluyó.

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