¿Qué pierde San Martín de Tucumán con la ausencia de Juan Cuevas?

El enganche, que se desgarró en el último partido y será baja contra Arsenal, se volvió clave en el esquema de Martos. Los números y el rompecabezas que deja su ausencia.

SIGNOS DE DOLOR. En la igualdad contra All Boys, Juan Cuevas sintió el impacto en el isquiotibial de la pierna izquierda y pidió el cambio. SIGNOS DE DOLOR. En la igualdad contra All Boys, Juan Cuevas sintió el impacto en el isquiotibial de la pierna izquierda y pidió el cambio. Foto de Diego Aráoz/LA GACETA.

Como si al reloj le faltara su manecilla principal, San Martín de Tucumán se quedó sin Juan Cuevas justo cuando más lo necesitaba. A los 15 minutos del primer tiempo, en medio del empate contra All Boys, el enganche sintió una molestia muscular cuando avanzaba en velocidad con pelota dominada. Todo parecía una jugada habitual: control, aceleración, pase en corto. Pero algo se quebró en ese instante. El “10” detuvo su marcha, se llevó la mano a la parte posterior de la pierna derecha y, sin necesidad de gestos exagerados, se entendió que no podía seguir. Terminó el partido en el banco, con rostro serio y mirada perdida, sabiendo que el dolor no era superficial.

La confirmación llegó con los estudios médicos realizados el lunes: un desgarro, lo que lo deja afuera de la convocatoria para el partido contra Arsenal. Y, como suele pasar con este tipo de lesiones, su recuperación no se resolverá en una semana.

Así, Ariel Martos deberá pensar en alternativas para cubrir un vacío que no es solo posicional: Cuevas es el eje emocional y futbolístico del equipo.

A los 36 años disputó todos los partidos de esta temporada, convirtió dos goles (a Patronato y a Güemes de Santiago del Estero) y fue uno de los principales motores ofensivos del “Santo”.

Según los registros de SofaScore, esta temporada muestra una mejora respecto a la anterior: promedia 19,8 pases precisos por partido con una efectividad del 85%; realiza 1,3 regates exitosos por partido (74%) y completa dos pases largos por encuentro con un 71% de acierto.

En la campaña pasada, sus números eran levemente inferiores: 19 pases precisos (75%), 2,2 regates (82%) y 1,3 pases largos (48%); una evolución clara que refleja su consolidación en el esquema de Martos.

Cuevas no es un jugador que pase inadvertido; ni adentro ni afuera de la cancha. Tiene esa clase de personalidad que divide opiniones, que genera pasiones y críticas en partes iguales. Lo dejó en claro luego del empate contra Güemes, cuando en la zona mixta lanzó una frase que hizo ruido en La Ciudadela: “Creo que nunca me putearon tanto en mi carrera como acá. Pero le quiero decir a la gente que prepare la garganta porque yo juego y la voy a pedir siempre. Me voy a seguir equivocando, pero me quedé acá dando la cara”. Sus palabras, sin filtro, se viralizaron en redes sociales y generaron todo tipo de reacciones.

En las horas posteriores intentó bajarle el tono a sus declaraciones. “Hay gente que por ahí lo tomó mal. Sinceramente, me mostraron apoyo. Pero seguramente hubo algunos que lo tomaron mal por la forma en que lo dije. No fue mi intención caerle a nadie”, había explicado en diálogo con LA GACETA.

Pero más allá del efecto mediático, Cuevas nunca dejó de rendir. Asumió el rol de conductor, cargó con esa responsabilidad y fue siempre el primer receptor de cada jugada ofensiva.

Contra All Boys, su salida se notó. San Martín perdió sorpresa, dinámica y claridad en el último pase. El equipo, que había empezado con buena circulación, se fue apagando lentamente.

En el segundo tiempo, sin su cerebro en cancha, le costó horrores romper el cerrojo que propuso la visita.

Hubo voluntad, pero no ideas. Intentos individuales, pero poca conexión. La ausencia de Cuevas dejó expuesto un problema estructural: no hay otro jugador que cumpla su función con naturalidad.

"Para nosotros es muy importante", dijeron desde el CT de San Martín

Ahora, Martos enfrenta el desafío de reemplazarlo. Y no será sencillo. “Bien o mal, Cuevas las pide a todas las pelotas siempre. Por eso cuando él no estuvo el equipo lo sintió. Para nosotros es muy importante”, le dijo a este diario un allegado al cuerpo técnico.

La lesión de Cuevas no solo representa una baja más en una temporada marcada por las dificultades físicas. Es la pérdida del jugador que entiende muy bien los momentos, que se ofrece como salida cuando el equipo está incómodo y que, con aciertos y errores, siempre quiere la pelota. Como el engranaje más fino de un mecanismo complejo, su ausencia obligará a todo el sistema a reacomodarse.

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