24 Abril 2025
Así fueron los funerales más impactantes del Vaticano: cifras y emociones
La muerte del papa Francisco, el primer pontífice argentino y latinoamericano, conmovió al mundo entero. Su funeral, previsto para el sábado 26 de abril en la Plaza de San Pedro, ya promete ser uno de los más multitudinarios del siglo XXI. La historia de la Iglesia Católica está marcada por despedidas que han congregado a millones de fieles. ¿Qué Papas tuvieron los funerales más multitudinarios? ¿Qué cifras dejaron esos momentos de fe, dolor y memoria colectiva?
Juan Pablo II: la despedida más masiva
Hasta el día de hoy, el funeral del papa Juan Pablo II, celebrado el 8 de abril de 2005, es considerado el más multitudinario de la historia. Se estima que más de cuatro millones de personas viajaron a Roma para despedirlo, y cerca de dos millones asistieron presencialmente a la ceremonia en la Plaza de San Pedro. La misa fue presidida por el entonces cardenal Joseph Ratzinger, quien días después sería elegido como su sucesor con el nombre de Benedicto XVI.
Los canales de televisión de todo el mundo retransmitieron el evento, seguido por más de 2.000 millones de personas, una cifra sin precedentes en la historia del Vaticano.
Pío XII: una Roma paralizada
El papa Pío XII falleció en 1958 y su funeral también movilizó a miles de fieles. Si bien las cifras no se acercan a las de Juan Pablo II, fue uno de los primeros eventos papales de gran cobertura internacional gracias a la televisión. Durante días, Roma se paralizó, y cientos de miles de personas desfilaron ante su féretro.
Benedicto XVI: el retiro y la última despedida
El caso de Benedicto XVI fue único en la historia moderna. Renunció al papado en 2013 y falleció como Papa emérito en 2022. Su funeral, aunque solemne y sentido, fue más austero y con menos asistencia que el de otros pontífices debido a su condición particular. Aun así, más de 50.000 personas participaron de la ceremonia en el Vaticano, presidida por el papa Francisco.
Pablo VI y Juan XXIII: figuras de transición
Los funerales de Pablo VI (1978) y Juan XXIII (1963) marcaron momentos de transición en la Iglesia. Aunque no convocaron multitudes comparables a los papas más recientes, sus muertes también movilizaron a decenas de miles de fieles. Juan XXIII, conocido como “el papa bueno”, fue muy querido por su impulso al Concilio Vaticano II, lo que generó una gran muestra de afecto en su despedida.
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