Frío, hambre y tres muertes: así fue el cónclave más funesto de la historia

La falta de consenso entre cardenales desencadenó la articulación de nuevas reglas en la Iglesia Católica para elegir nuevos pontífices.

En el siglo XIII las divisiones del Colegio Cardenalicio retrasaron la elección de un nuevo papa. En el siglo XIII las divisiones del Colegio Cardenalicio retrasaron la elección de un nuevo papa.
26 Abril 2025

La historia de la Iglesia Católica también está marcada por una serie de muertes que marcaron su futuro. En el siglo XIII tuvo lugar el cónclave, no solo más largo del que se tiene registro, sino también el más trágico, ya que estuvo atravesado por las presiones políticas, las divisiones e incluso por el hambre.

Si bien es posible calcular un promedio para la duración de los cónclaves a lo largo de la historia, lo cierto es que con el paso del tiempo esta tuvo variaciones considerables. Se estima que en el siglo XVIII, la duración media podía rondar los 95 días. Para las últimas dos elecciones papales, en cambio, tuvieron una extensión de solo dos días. La dilatación de una decisión definitiva estuvo condicionada, en parte, por los reglamentos establecidos para tales ocasiones, pero también por los intereses de los cardenales de turno.

A la muerte del papa Clemente IV el 29 de noviembre de 1268 le siguió un cónclave marcado por un profundo rechazo entre dos grandes facciones del electorado. Entonces, la mayoría requerida para resultar electo ya era de dos tercios, suma que no conseguiría lograr ningún cardenal hasta tres años después.

El cónclave más largo de la historia

El período de elecciones inició en Viterbo, Italia, en 1268 y se extendió hasta 1271. Aunque en principio los cardenales tenían elecciones a diario, con el paso del tiempo la frecuencia también se fue dilatando. En principio las votaciones pasaron a ser cada una semana y más tarde podían pasar semanas sin que se lograra un nuevo encuentro. “Cada bando intentaba atraer a cardenales contrarios con promesas más políticas que espirituales”, detalla un artículo de National Geographic España.

La organización de un cónclave demanda, además de exhaustivos diálogos y reflexiones por parte de los cardenales, un cuantioso presupuesto. Tras la muerte de Clemente IV, el Vaticano no estaba obligado a cubrir con los gastos, sino que quedaban a cargo de las ciudades en las que se celebraban los cónclaves.

Luego de meses sin definición, el podestá de Viterbo –su máxima autoridad–, empezó a hacer recortes en los insumos que llegaban a los cardenales, en clara señal de presión. Durante los tres años que duró la elección, mantener a los purpurados se había convertido en una carga pesada. La situación había llevado a aumentar los impuestos sobre los ciudadanos y el comercio, decisión que terminó por hacerse insostenible en el largo plazo.

Por qué hubo cardenales muertos en la elección de un papa

La decisión más drástica que tomaron las autoridades de Viterbo fue motivada por la necesidad de obligar a los cardenales a llegar al consenso. El gobernador ordenó quitar partes del techo del Palacio Papal donde tenía lugar el encuentro: “en concreto, de los dormitorios y de la sala donde deliberaban”, cuenta National Geographic.

A raíz de la exposición a las inclemencias del tiempo, propias del otoño e invierno de 1270, y por el frío característico de la región, tres cardinales resultaron muertos. Los decesos se produjeron por una suma de factores, entre los que influyeron ampliamente la edad, las condiciones precarias y el racionamiento de los alimentos.

Una de las características del cónclave hoy en día es su carácter hermético: una vez que inicia, nadie entra y nadie sale del Vaticano; así como tampoco circula información entre el interior y el exterior. Pero esta regla no siempre existió. Fue desde la elección de Gregorio X que empezó a regir, para evitar el episodio de los años anteriores.

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