El último adiós a Francisco: un ceremonial distinto, diseñado a la medida de su mensaje y legado

Punto de vista I
Una ceremonia que fue un puente para honrar al Papa
Ana María Gollán
Directora de Ceremonial y Protocolo
Corte Suprema de Justicia de Tucumán
Desde mi rol en la responsabilidades de ceremonial y protocolo, estoy acostumbrada a ordenar tiempos, espacios y formas. A dar estructura a lo simbólico. Pero lo vivido en el funeral de Francisco trasciende toda lógica técnica: fue un momento que conectó lo universal con lo íntimo, lo institucional con lo profundamente humano.
Fue una experiencia profundamente emotiva e impactante, sobre todo desde mi lugar como persona, como creyente, como alguien que vio en este momento histórico una gran posibilidad de dejar un mensaje. La ceremonia fue mucho más que un acto litúrgico por el modo en que eligió vivir y ser despedido, con la misma humildad que marcó todo su pontificado.
Ver partir al primer Papa nacido en nuestra tierra no fue solo presenciar un hecho histórico, sino sentir que una parte de nuestra identidad también entraba en la historia. Como tucumana, sentí que cada gesto del adiós -el silencio compartido, la austeridad del rito, la mirada de los peregrinos- reflejaba valores que también nos definen: la sencillez, el respeto, la fe popular.
Desde el ceremonial, el desafío fue doble: acompañar el orden de la liturgia y, a la vez, permitir que la emoción se hiciera presente sin interferencias. El protocolo no fue obstáculo; fue lenguaje.
Un lenguaje silencioso que permitió que el homenaje fluyera con la dignidad que Francisco merecía.
En cada delegación internacional, en las personas que el Santo Padre eligió que lo acompañaran, en cada rostro anónimo que lloró en la plaza, se percibía una misma certeza: Francisco no fue solo un líder espiritual; fue un pastor cercano, un hombre de barrio, un argentino que llevó al mundo nuestra manera de abrazar con gestos más que con palabras.
Francisco vivió siempre en la austeridad, en una actitud que era coherente en su desprecio del consumismo y su aflicción a los pobres. Tanto es así que hasta los últimos detalles de sobriedad que él mismo organizó para su funeral fueron consecuentes a lo que pregonó en su apostolado.
Este adiós nos deja también una enseñanza para quienes trabajamos detrás de escena en los actos públicos: el ceremonial no es solo técnica, también es sensibilidad. Y cuando el corazón se pone al servicio de la forma, el resultado es un acto cargado de alma, presencia y humanidad.
Desde Tucumán, mi gratitud al Papa que nos enseñó que la grandeza se expresa en la humildad. Y que en los ritos, también puede habitar el alma. Pronto llegará otro Papa con otra impronta. Quiera Dios que podamos ver en él la mirada amorosa de Cristo, tal como la vimos en Francisco.
Como él mismo dijo alguna vez: “La ternura es el lenguaje de los más fuertes”.
Y así recordaremos al Sumo Pontífice: fuerte en su ternura, compasión e inmenso en su sencillez.
Punto de vista II
Adiós al Pontífice que desafío el protocolo
Patricia Ibazeta De Posse
Académica de Número de la Academia Argentina de Ceremonial y Correspondiente de la Academia Brasileira
Ya lo expresé en marzo de 2013, cuando tuvimos la inmensa alegría de que el Nuevo Papa fuera argentino: Francisco traería un cambio histórico a la comunidad internacional en la visión del mundo sobre el pensamiento del Hombre. Un mensaje que recorrió el planeta y que Francisco, a través de su sencillez y fiel a la misma, ha dado muestras de que hasta el protocolo rígido del Vaticano puede llegar al individuo en su más fresca expresión.
Y fue así que desafiando al protocolo desde los inicios de su Pontificado, con el uso de los atributos Papales y en su vestimenta -que marcaron un cambio en la tradición-, su manera particular de conectarse con los fieles, aun desafiando la seguridad, su saludo, su sonrisa, la recepción de personalidades internacionales como Jefes de Estado y Reyes que se maravillaban con su espontaneidad, propia de un latinoamericano, su poder de integración, su sano humor, una forma de conectarse que también marcarían un cambio y que fuera el asombro del mundo entero, no solo de la grey católica.
Francisco desafío al protocolo buscando que a través de esos cambios, en ese accionar, pueda captarse algo que también marca de una manera firme y que los valores y principios puedan ser una guía y que en toda sociedad pueda practicarse.
Tal fue su convicción que logró modificar hasta su ritual fúnebre. Su fallecimiento, un hecho de enorme trascendencia para la Iglesia Católica y el mundo, que no solo marca el fin de su Pontificado, sino que ha dejado una huella en la historia reciente, al desatar una serie de rituales y decisiones que pueden cambiar el rumbo de la Iglesia. Desde la elección de su ataúd simple de madera y zinc, ubicado a ras del suelo, sin el catafalco y sin el báculo Papal que solía ponerse al lado del féretro, con el objetivo de destacar la sencillez y evitar los símbolos asociados al poder mundano y su firme deseo de ser sepultado en la Basílica Santa María La Mayor de Roma, con la lápida que tendrá estampada el nombre “Franciscus” y un funeral solemne donde se pusieron en práctica los cambios que él introdujo en los ritos de exequias.
Un funeral donde el Protocolo Milenario se vio entrelazado con la tradición y la reforma y cada detalle, desde el ataúd hasta el lugar de la sepultura, reduciendo los elementos de fastuosidad, los textos litúrgicos que fueron los mismos que se emplean para cualquier cristiano, con matices propios del Pontificado pero sin añadidos pomposos, para reflejar la personalidad y el legado del Papa Francisco. Como él deseaba, desde lo simple como un Pastor, como lo que pregonaba, con humildad y con la certeza de que la misericordia de Dios como el solía decir, seráx la guía final.
El Papa Francisco, el argentino más importante, que dejo un claro mensaje: fue el Pastor, el discípulo de Cristo y no un Hombre Poderoso, reduciendo así títulos que sugieran un poder terrenal. Será el Papa que vivirá en nuestros corazones…
Punto de vista III
Su muerte y sepultura fueron un reflejo de su vida sencilla, accesible, centrada en la fe
Arturo Schenberger
Técnico Universitario en Protocolo, Ceremonial y Organización de Eventos
Fueron seis días de inmensa tristeza mundial, aun cuando no se salía del asombro después de haberlo visto, aunque desmejorado, en la misa pascual; horas después nos enteramos de su desaparición física y en esa tormenta de emociones comenzó un trabajo en forma inconmensurable de todos los agentes de Protocolo y Ceremonial. No solo involucró al Vaticano y la Santa Sede, sino en forma conjunta a las diferentes cancillerías y Ceremonialistas del mundo, teniendo cuenta el despliegue que ya se planificaba que iba a acontecer .
Se dice que el mismo Francisco fue parte del cambio en diferentes órdenes y uno de ellos fue precisamente el protocolo que se debe llevar a cabo en la vida del Papa y también en el momento de su funeral. Iba a ser parte del cambio al modificar y crear una nueva edición del Ordo Exsequiarum Romani que regula el rito fúnebre de un Obispo en Roma
A mi entender, el Ceremonial Eclesiástico es uno de los mas rígidos y Francisco, con su impronta, quizás hasta muy argentino, cambió su mirada y puso en manifiesto su impronta.
Él aspiraba a un último adiós que de muestras de simpleza y no con la solemnidad que para muchos era ostentoso.
Por eso dejó de lado varios elementos, que para él no correspondía con la vida y la imagen propia; a tal punto, como referencia más clara, fue la utilización de sus zapatos -desde los que usaba en Buenos Aires hasta los actuales- dejando de lado los tradicionales de color rojo.
Por eso se comienzan a manejar términos más próximos al pueblo, dejando de lado títulos que se obtienen mediante el cargo que ejercen, a esperar que se lo nombre simplemente como Pastor.
Lo más significativo de los cambios y que lograría el efecto de comunicación de la intención de Francisco fueron los siguientes:
- Se eliminó la triple urna de ciprés, plomo y roble, y se suprimió el tradicional “martillo de plata” con el que el camarlengo confirmaba el fallecimiento del pontífice.
- También se cambió el protocolo de velación, ya que en lugar del velorio privado, el cuerpo fue llevado directamente a la Basílica de San Pedro, donde los fieles pudieron despedirse de él sin el uso del catafalco.
- La decisión de prescindir del catafalco papal y de otros elementos tradicionales representa más que un cambio de forma: es una declaración de principios. Francisco buscó predicar con el ejemplo hasta el final, eligiendo un funeral sobrio que no desviara la atención del mensaje central del cristianismo: la esperanza en la resurrección y la vida eterna.
- La misa exequial se celebró en la Plaza de San Pedro, presidida por el decano del Colegio Cardenalicio. Y con el féretro abierto, donde líderes mundiales más de 160 países representados y más de 250.000 personas pudieron despedirse del Papa.
- En la ceremonia, se evitaron títulos asociados al poder temporal, utilizando expresiones más sencillas como “Obispo de Roma”.
- Finalizada la misa, el féretro fue trasladado a su lugar de sepultura. Aunque la tradición dicta que los papas sean enterrados en las grutas vaticanas, Francisco dejó expresado su deseo de ser inhumado en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, produciendo otro de los cambios significativos. De esta manera modificó el Protocolo y la Tradición de las grutas vaticanas que se encuentran bajo la Basílica de San Pedro.
Con estas modificaciones, Francisco dejó en claro su intención de que su muerte y sepultura fueran un reflejo de su vida pastoral: sencilla, accesible y centrada en la fe.
Dentro de estos grandes cambios dentro del protocolo, producidos por Francisco, destaco la labor, que hicieron, todos en conjunto.
Haciendo una analogía con grandes reuniones a nivel mundial, como por ejemplo una reunión del G20 que se planifican hasta con un año de anterioridad, el funeral del Papa Francisco se organizó en cinco días en los que, con espíritu colaborativo, trabajaron de manera de manera coordinada áreas de Ceremonial, Seguridad, Salud y hasta Turismo.
Aunque parezca simple coordinar desde rutas de vuelo hasta los alojamientos en hoteles, pasando por la seguridad de los líderes políticos de diferentes países, ello habla de un trabajo arduo y sostenido de un nutrido grupo que en estos casos se transforma en un equipo de profesionales.
Los números son mas que elocuentes y significativos.
Fueron jornadas cargadas de emociones. Mis sinceras felicitaciones a todos ellos. Por más y mejor Ceremonial.
Historias
Con el corazón acelerado: el tucumano que se despidió tres veces del Papa
Desde Barcelona, donde vive, Esteban Assaf decidió viajar a Roma tras conocer la noticia de la muerte de Francisco. “Voy a despedirlo”, se dijo el tucumano y emprendió el viaje junto a su familia. Cuenta que llegó a San Pedro y la multitud le pareció inabarcable. “Un amigo, Andrés Pietro, que trabajó con Francisco en diálogo interreligioso, me dijo: ‘Tengo una entrada para vos’. Corrí todo lo que pude con el corazón acelerado, una mezcla de alegría y ganas de llorar de la emoción de poder estar cerca para despedirlo”, relató. Assaf asistió tres veces a la basílica. “El Espíritu Santo estuvo más que nunca en Roma”, expresó. Al enterarse que iba, el arzobispo Carlos Sánchez le escribió: “Nos representás a todos los tucumanos”.
”Me tembló el cuerpo”: el viaje de placer que devino en un emotivo adiós a Francisco
Micaela Hernández viajó a Italia por turismo, como tanta gente lo hace cada año. “Llegamos el lunes con mi novio, el día que falleció Francisco. Nunca imaginamos que íbamos a presenciar su velorio”, contó, aún sorprendida por la experiencia que le tocó vivir, la tucumana de 31 años. Es creyente y dice que le tembló el cuerpo al ingresar a la basílica a despedir a Francisco y ver su féretro. “Fue muy fuerte”, recuerda y cuenta que junto a su pareja decidieron quedarse a la misa que estaba a punto de empezar. “Se sentía mucha paz y mucho silencio a pesar de la multitud, hubo mucho respeto. Para mi generación, Francisco, el Papa más importante, el más cercano a la juventud, humilde y el más querido”, agregó.