El fútbol italiano vivió un episodio de fuerte tensión tras la protesta del Lecce, que decidió jugar su partido ante el Atalanta con camisetas completamente blancas, sin escudos ni patrocinadores. La medida fue una señal de duelo y desacuerdo con la Serie A, que decidió reprogramar el encuentro apenas unas horas después del fallecimiento del fisioterapeuta del club, Graziano Fiorita.
Desde la institución expresaron su dolor en un comunicado contundente: “La pérdida de Fiorita golpeó a toda la familia del Lecce. Recuperar el partido tan pronto fue una falta total de respeto”. La directiva remarcó que aún estaban de luto y que el dolor era compartido por toda la comunidad vinculada al club.
El comunicado también cuestionó la falta de criterios coherentes por parte de la liga. “En otros casos similares se tomaron decisiones más humanas. Parece que hay una jerarquía de muertes según el escudo o el rol de la persona fallecida”, señalaron, dejando entrever un trato desigual según la importancia del club.
Fiorita, con más de veinte años en el Lecce, murió mientras se encontraba concentrado con el plantel, lejos de su esposa y sus cuatro hijos. El club había solicitado suspender el partido tras conocerse la noticia, pero la Serie A decidió moverlo solo dos días, ignorando el pedido y la conmoción interna.
Aunque Lecce amenazó con no presentarse, finalmente viajó el mismo día del partido. El encuentro terminó 1-1, pero el resultado fue anecdótico. “Estuvimos en el campo porque honrar a Graziano no es no jugar, sino mantenernos unidos como grupo”, explicaron desde el club, agradeciendo al ministro de Deportes por sus intentos fallidos de postergación.
El llamativo gesto de Lecce
El gesto más simbólico fue la camiseta blanca. “Nos sentimos pisoteados en nuestros valores. Esta no es nuestra camiseta, la verdadera volverá cuando Graziano regrese a casa y sea homenajeado como merece”, concluyeron desde la dirigencia. La Serie A, por su parte, no emitió comentarios tras el reclamo del Lecce.






















