Cositorto negó las acusaciones: “No estafé a nadie, me destruyeron con denuncias falsas”
En la segunda jornada del juicio que se lleva adelante en Salta contra Cositorto y su equipo local, el líder de Generación Zoe habló por más de una hora, negó las acusaciones y defendió el funcionamiento de su empresa.
Cositorto negó las acusaciones: “No estafé a nadie, me destruyeron con denuncias falsas”
Por segunda vez en la semana, el salón de audiencias de la Sala I del Tribunal de Juicio de Salta volvió a llenarse. Puntualmente a las 8.30, los jueces Martín Pérez, Javier Aranibar y Leonardo Gabriel Feans tomaron asiento para reanudar el juicio por estafas reiteradas y asociación ilícita contra Leonardo Cositorto y los cuatro integrantes de la oficina salteña de Generación Zoe: Ricardo, Jorge y Ana Lucía Vilardel, junto a Vilma Griselda Albornoz.
La jornada comenzó con un fallo clave: el tribunal rechazó el pedido de nulidad presentado por la defensa del líder de la organización. La abogada oficial Cecilia Martínez había planteado supuestas irregularidades, pero los magistrados fueron categóricos. “No se vulneró el derecho a defensa”, dictaminó el juez Pérez. El juicio seguía su curso.
“Estuve preso tres años, incomunicado”
Apenas se resolvió la cuestión técnica, Cositorto pidió declarar. Con una campera negra deportiva y el tono firme que lo caracteriza, el imputado habló durante más de una hora ante la mirada atenta del tribunal y los damnificados presentes. Dijo que es coach financiero, espiritual y de ventas. Recordó los inicios de Fundación Zoe en 2017 en Colombia, su arribo a Argentina un año después y el surgimiento de Generación Zoe como una estructura orientada al coaching y las finanzas.
Se defendió sin rodeos: “No hubo intención de estafar, no me quedé con dinero de nadie. Siempre quise pagar. Estuve preso más de tres años, incomunicado varios días. Lo que pasó fue una persecución judicial y mediática que terminó destruyendo una empresa que era solvente”.
Contó que cuando fue detenido en República Dominicana no estaba huyendo, sino “abriendo una nueva oficina”. Aseguró que hasta febrero de 2022 todo funcionaba normalmente y que el quiebre se produjo por una acusación desde Córdoba que —según él— disparó una alerta internacional y bloqueó sus cuentas bancarias, además de impedirle acceder a sus bitcoins.
Salta, la oficina, los Vilardel y los ahorristas
Sobre la sucursal salteña, dijo que la oficina se inauguró en diciembre de 2021 y que eligió como responsable a Ricardo Vilardel, a quien conocía por un curso de coaching. “Yo trataba solo con él. Él formó el equipo, convocó a sus familiares. No eran financistas, eran soporte”, afirmó. También explicó que el dinero ingresado en Salta era enviado a él para ser reinvertido en criptomonedas y operaciones de trading. “Todo se manejaba por Banco Santander”, agregó.
Según relató, en Salta hubo más de 600 inversores, pero solo 118 realizaron denuncias. “Nos acusaron de operar fuera del sistema legal, y eso nos destruyó. Teníamos una comunidad, una criptomoneda, y estructura. Nos bloquearon todo”, insistió.
Negó haber dado la orden de cerrar la oficina y deslindó de responsabilidad penal a los otros imputados. “Son inocentes. Hacían su trabajo y nada más”, aseguró.
El turno de las víctimas
Tras su declaración, el juicio avanzó con el testimonio de ocho personas que dijeron haber confiado sus ahorros a Generación Zoe. Algunos relataron que conocieron a Ricardo Vilardel en su rol de pastor, lo que fortaleció su confianza en el esquema. Varios coincidieron en señalar que la promesa de obtener altos rendimientos —hasta un 7,5% mensual— los llevó a entregar sus fondos.
La próxima audiencia está prevista para hoy viernes, desde las 8, con más declaraciones de damnificados.



















