09 Junio 2025
El veloz y cambiante ritmo con que llevamos las actividades en la actualidad, sumado a la profunda conectividad a la que estamos atados por la evolución de los medios de comunicación lograron un combo que resulta letal para los trabajadores. Como consecuencia de esta combinación, miles de personas se convirtieron en víctimas del blurring, un fenómeno cada vez más presente que afecta la salud psicológica.
El término blurring proviene del idioma inglés en el que el verbo “to blur” significa “borrar”, “difuminar”, “desdibujar” y otros similares. Utilizado en el campo laboral, el término blurring designa el comportamiento por el cual no podemos dejar de hacer actividades relacionadas al trabajo fuera del horario laboral o actividades de la vida privada que hacemos estando en el trabajo. Hay decenas de actos que van desde gestos pequeños hasta actividades que abarcan mucho más de nuestro tiempo.
Pero el resultado es perjudicial por partida doble. Por una parte, atenta contra la salud de las personas. Los empleados, incapaces de volver a demarcar esos límites, permiten que el trabajo ingrese al hogar, a la familia y a los espacios en que mayor intimidad se necesita y viceversa. Por otra, la relación casi obsesiva con el trabajo y la invasión que las obligaciones empiezan a ejercer sobre todo aspecto de la vida privada terminan por afectar y hasta cortar las relaciones de dependencia entre empleado y empleador.
Cómo combatir el blurring y dejar de trabajar en horas libres
El blurring generalmente inicia con prácticas que pueden ser incipientes. Existe una lista infinita de cosas que hacemos, muchas veces de forma inconsciente, y que nos llevan poco a poco a borrar esos límites. Desde leer el correo institucional fuera de horario laboral hasta pagar las cuentas del mes en horario de trabajo son algunos de los ejemplos.
Para empezar, lo esencial es reconocer estas actitudes. Después, la revista Mujer Hoy elabora una lista de comportamientos que pueden ayudar a evitar el blurring e impedir que siga avanzando.
Establecé horarios claros: definí las horas dedicadas al trabajo y las que forman parte de tu tiempo personal y sé estricto con el cumplimiento.
Usá herramientas de organización: si te sirven las alarmas, las agendas o las listas de tareas, usalos. También son útiles los planners en los que podés indicar con un color las tareas del trabajo y con otro las personales o del hogar.
Desactivá las notificaciones fuera de horario laboral: si tenés correos institucionales, aplicaciones de comunicación interna u otros del mismo estilo, programalos para que las notificaciones permanezcan inactivas mientras no estás trabajando. Si podés utilizar dos dispositivosdiferentes –uno para vida personal y otro para vida laboral–, mucho mejor.
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