En auge, pero sin reglas claras: el vacío legal sobre los monopatines en Tucumán

Cada vez más tucumanos usan este medio de transporte práctico, económico y sostenible. Sin embargo, falta legislación y no hay controles.

PARTE DEL PAISAJE CÉNTRICO. Los monopatines se pueden ver a toda hora por las calles de la ciudad; muchos de los conductores usan casco. PARTE DEL PAISAJE CÉNTRICO. Los monopatines se pueden ver a toda hora por las calles de la ciudad; muchos de los conductores usan casco.

Rodrigo García Sosa, de 27 años, vive frente a la plaza Urquiza y trabaja cerca del hospital de Niños. Son aproximadamente 32 cuadras que recorre con un monopatín eléctrico que se compró el año pasado. El vehículo tiene una autonomía de 30 kilómetros y alcanza una velocidad de 25 km/h. El joven está feliz porque, según dice, encontró una forma rápida y económica de movilizarse por la ciudad. Aunque reconoce que también hay muchos peligros en la calle.

Victoria Evangelista, de 24 años, cuenta que decidió comprarse un monopatín a fines de 2023. “Vivía en Yerba Buena, me estaba por mudar al centro y no quería tener auto por todo lo que eso implica: pagar cochera, patente, seguro, nafta, etcétera. Elegí un monopatín pensando también en que es más fácil de trasladar y de subir al departamento”, explica.

Los trayectos que hace generalmente son por el microcentro. Lo más lejos que fue es al parque 9 de Julio. “Es muy rápido. Llegás en menos de cinco minutos a todos lados y es muy cómodo por que se hace chiquito. Y es fácil de guardar. Obviamente, es un vehículo para trayectos cortos”, remarca. “Vivo sobre calle Santiago del Estero, y realmente hay momentos del día que el tránsito se pone muy complicado. Ir en monopatín facilita todo. Puedo esquivar los autos. Si está muy congestionada una cuadra, me puedo bajar e ir caminando por la vereda y luego seguir”, explica Victoria, y asegura que cada vez observa más personas que se movilizan en este tipo de rodados.

Ella no tuvo problemas en la calle. Los otros vehículos sí la respetan, aclara. “Mi monopatín tiene luz y luz de giro. Por lo tanto, yo también puedo respetar al resto, puedo avisarles cuando voy a doblar o tener una luz prendida para que puedan verme”, destaca.

Peligros

“El mayor peligro al andar es que no te vean. Cualquier toque te puede tirar al piso. Otro riesgo es que te roben. Igualmente, los monopatines hoy en día son bastante seguros; tienen por ejemplo bloqueo de las ruedas o tienen clave, así que ese no es el mayor de mis miedos”, detalla Evangelista. Ella tiene muchos cuidados cuando se desplaza sobre dos ruedas. Por ejemplo, va con la luz prendida, con casco, y nunca lleva acompañante. “Trato de no ir muy rápido; igualmente tienen limitadores de velocidad: el mío llega hasta 30 km/h. Siempre respeto los semáforos y no ando por las veredas”, describe.

DE A PIE. Para andar por las veredas o para cruzar, se puede ir caminando. DE A PIE. Para andar por las veredas o para cruzar, se puede ir caminando.

Tendencia

Se empezaron a ver en las calles del microcentro aproximadamente desde 2018, aunque su uso creció notoriamente luego de la pandemia. Ahora, cada vez hay más monopatines eléctricos. Confirman esta tendencia también en los negocios donde los venden.

“En todo el mundo se ve una proliferación de este medio de transporte práctico, económico y sostenible. Y de a poco se va regulando su uso. Es un medio más rápido que la bicicleta, se pliegan con facilidad para guardarlos en cualquier lugar y su mantenimiento es simple. Además, no tienen un costo elevado”, destaca Lucas Alvarez, de un local de electrodomésticos donde se comercializan modelos que van desde $ 630.000 hasta $ 890.000.

En muchas ciudades se plantea como un medio que viene a solucionar los problemas de congestión vehicular. Y de la mano del aumento de esta forma de micromovilidad, también comenzaron a surgir dudas: ¿su uso está regulado? ¿cuáles son las normas que deben cumplir? ¿Son seguros?

Según información que recopilamos, hay muchos grises. Los monopatines no están registrados a nombre de un dueño, no llevan ningún tipo de patente. Aunque sí deben cumplir algunas normas de tránsito, entre ellas, no sobrepasar los 25 km/h, no se los controla ni hay sanciones para los que no cumplen ese límite.

El director de Transporte Público, Seguridad Vial y Licencias de Conducir, José María Mansilla, admite que hay un vacío legal respecto del uso de monopatines. A pesar de que en la gestión municipal pasada hubo algunos intentos de regularizar este medio de transporte, según dijo el funcionario, hoy todo eso es letra muerta.

Por ahora, no existe la obligatoriedad de tener una licencia de conducir, aclaró. “Al haber un vacío jurídico, no tenemos cómo controlar el uso de estos vehículos. Sólo está regulada la comercialización a través de la Secretaría de Comercio Interior”, precisó. De todas maneras, según remarcó, los que circulan por el microcentro generalmente lo hacen con casco. “No tenemos registros de si participan en accidentes o no”, señaló.

POR LA CALLE. Los monopatines no pueden andar por veredas ni peatonales. POR LA CALLE. Los monopatines no pueden andar por veredas ni peatonales.

Los cambios

Los monopatines van ganando terreno frente al transporte tradicional. Las razones son muchas, y una de las más importantes para el público que los elige tiene que ver con la ecología y cuidado del ambiente. Al ser eléctricos, no contaminan como sí lo hacen los vehículos de combustión, señala Máximo García Hamilton, dueño de un local de venta de monopatines, donde estos rodados valen desde $ 500.000 hasta $ 2 millones, depende el modelo. Hay opciones incluso hasta para subir el cerro.

El comerciante también se refirió al vacío legal que aún existe respecto al uso del monopatín. “Estos rodados vienen de distintas potencias. Hay de 250 watts a 2000 watts. Quiere decir que algunos modelos pueden alcanzar los 25 km/h y otros los 80 km/h. Los primeros son los que más se usan y no hay necesidad de circular con carnet de manejo. Lo que sí se recomienda es que circulen con un seguro y un casco. Y las aseguradoras ya los están tomando. Es un seguro contra terceros y contra robos, que es algo que preocupa mucho. De todas formas, ya hay monopatines que tienen sistemas especiales para casos de robos o pérdidas”, resalta.

Según cuenta, en Europa y otros países, donde está muy instalado el uso de monopatines, se les llama vehículos de última milla. “Es un concepto nuevo de movilidad en lugares donde funciona bien el sistema público de pasajeros. El colectivo llega hasta un punto de la ciudad (por ejemplo, que venga de Tafí Viejo y los pasajeros se tengan que bajar fuera de las cuatro avenidas) y desde ahí se suben al monopatín para recorrer el último kilómetro y llegar a su trabajo”, comenta.

“Acá la gente lo está usando más que nada por un tema de costo, o para llegar rápido y evitar la congestión del centro”, señala García Hamilton. Entre otras cosas, lo desaconseja para recorridos largos por avenidas (para ir a Yerba Buena, por ejemplo). “Porque no hay respeto ni seguridad. No hay ciclovías autorizadas; nos falta mucha infraestructura. Los colectivos en las avenidas tienen un carril exclusivo y los que andan en bici y en moto circulan entre los ómnibus y los autos. Es muy peligroso”, remarca. Tampoco recomienda andar de noche por la cantidad de pozos que hay en las calles.

Quién iba a pensar que hasta hace poco era solo un juguete de niños y hoy lo usan cada vez más adultos para recorrer la ciudad. La que reflexiona es Inés, varita en la esquina de San Martín y Maipú. Ella destaca que la mayoría de los que usan el rodado llevan casco. Sin embargo, aclara que hay días que observa conflictos de convivencia entre los distintos actores de la vía pública y los que van en monopatín. “No tenemos cómo controlarlos porque falta legislación. A veces me hacen renegar porque suben a una vereda o van andando por una peatonal, lo cual sí está prohibido”, resume.

MAYORES DE 16 Y CON CASCO. Algunos de los requisitos para conducir. MAYORES DE 16 Y CON CASCO. Algunos de los requisitos para conducir.

Seguridad

Otro actor vulnerable en el tránsito

Los especialistas en seguridad vial miran con inquietud la cada vez más habitual presencia de los monopatines en las calles de la capital. El tema, según advierten, es que se está sumando otro eslabón muy frágil al ya complicado tránsito de la ciudad. Y generalmente no todos los que se suben a un monopatín tienen una preparación. Estos rodados requieren de ciertas habilidades para utilizarlos con seguridad, además de conocer las normas de tránsito.

Un punto a tener en cuenta es que este tipo de vehículos en algunos contextos van a una velocidad contraria al entorno. Además son silenciosos y difíciles de ver.

La ONG “Luchemos por la Vida” advierte: “aunque esta movilidad personal tiene ventajas porque no contamina, es económica y fácilmente portable, muchas veces, algunas creencias por parte de sus usuarios, atentan contra seguridad. Por ejemplo, no autopercibirse como conductores de un vehículo.    

En auge, pero sin reglas claras: el vacío legal sobre los monopatines en Tucumán

Al no tener carrocería protectora, son muy vulnerables en caso de protagonizar un siniestros. Estos accidentes muchas veces pueden ser univehiculares o involucrar a peatones y a otros vehículos.

A nivel mundial, se conoció recientemente el caso de una joven que podría enfrentar hasta 20 años de cárcel después de ser acusada por la muerte de un hombre en un accidente cuando iba con un monopatín eléctrico en Australia. Al parecer, la joven de 24 años conducía alcoholizada cuando chocó atropelló a la víctima, que sufrió una lesión cerebral y falleció.

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