
La comisión especial para la reforma del Código de Planeamiento Urbano se reunió formalmente por primera vez y definió el plan de trabajo para conseguir una modernización del cuerpo normativo urbanístico para San Miguel de Tucumán.
Se proyectan tres etapas que tendrán una duración total estimada de un año: diagnóstico y audiencias (entre tres a cuatro meses), recepción y análisis de propuestas (cuatro meses) y redacción del anteproyecto (de tres a cuatro meses). A ello debe sumársele la presentación y dictamen final que, especulan, podría llevarse a cabo en uno o dos meses. La tarea estará guiada por miembros del Concejo Deliberante, como el presidente de la comisión de Planeamiento, Facundo Vargas Aignasse; y funcionarios del Ejecutivo municipal, como Luis Lobo Chaklian, secretario de Obras Públicas; Guadalupe Rearte, directora de Catastro; y los arquitectos Marcelo Daniel Beccari y Mónica Gladys Alicia Ailan.
El objetivo de la etapa uno, sobre diagnóstico participativo, es el de revelar de forma exhaustiva el estado actual del Código de Planeamiento Urbano, sus limitaciones, deficiencias normativas, y evaluar su implementación y cumplimiento. Se hará a través de un ciclo de audiencias públicas de las que podrán participar facultades, ONGs, personalidades de la actividad económica y patrimonio, y miembros de la sociedad civil.
Luego se avanzará con la recepción de propuestas concretas de reforma normativa desde distintos sectores sociales y técnicos, para continuar con la sistematización del diagnóstico y las propuestas recibidas para redactar un anteproyecto consensuado. En el último paso se conformarán subcomisiones temáticas como urbanismo y usos de suelo; infraestructura y disponibilidad; patrimonio y pasaje urbano; procedimientos administrativos y control. A su vez, la redacción se hará por etapas y habrá una revisión técnica y legal por parte de asesores jurídicos del Concejo Deliberante y de los colegios profesionales.