¿Se puede aprender mientras dormimos? Lo que dice la ciencia sobre el sueño y la memoria

Aunque el mito de “estudiar mientras se duerme” persiste, la realidad es más compleja y, al mismo tiempo, fascinante.

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29 Junio 2025

Dormir no es solo descansar. Mientras el cuerpo se relaja, el cerebro continúa trabajando intensamente. En los últimos años, distintas investigaciones científicas comenzaron a desentrañar los procesos que ocurren durante el sueño y que resultan fundamentales para el aprendizaje y la memoria. Aunque el mito de “estudiar mientras se duerme” persiste, la realidad es más compleja y, al mismo tiempo, fascinante.

¿Es posible aprender dormido?

La idea de aprender durante el sueño —conocida como hipnopedia— ha capturado la imaginación de científicos y narradores durante décadas. Sin embargo, estudios con base empírica empezaron a marcar los verdaderos límites de esta posibilidad. Según los expertos, el cerebro no apaga sus funciones durante la noche, sino que activa un proceso de consolidación de la memoria, en el cual se refuerzan y reorganizan las experiencias y conocimientos adquiridos durante el día.

El primer paso clave en este campo lo dio la psicóloga alemana Rosa Heine, en 1914, al demostrar que quienes dormían luego de estudiar recordaban mejor lo aprendido. Desde entonces, la ciencia ha confirmado que dormir no solo es beneficioso, sino esencial para que los conocimientos pasen a la memoria a largo plazo.

Lo que sí se puede hacer: consolidar y reforzar

Lejos de los mitos —como aprender idiomas completos mientras dormimos—, la ciencia moderna ha descubierto que sí es posible reforzar y reactivar recuerdos durante el sueño, aunque con limitaciones. Técnicas como la reconsolidación específica permiten asociar un estímulo (como un sonido u olor) al momento de aprendizaje y luego reintroducir ese estímulo durante el sueño para fortalecer el recuerdo.

Estudios publicados en revistas como Nature demostraron que esto puede funcionar con piezas musicales, palabras en otros idiomas o asociaciones simples. Incluso, hay evidencia de que al reactivar un estímulo durante el sueño, no solo se refuerza ese recuerdo, sino también otros datos relacionados.

Aprendizaje inconsciente: de los olores al comportamiento

Uno de los hallazgos más curiosos es que el cerebro puede formar asociaciones inconscientes durante el descanso. Un estudio israelí de 2012 expuso a voluntarios a una melodía mientras se liberaba un olor desagradable. Al despertar, al oír la misma música, los participantes contenían la respiración anticipando el mal olor. Otro experimento similar mostró que fumadores expuestos al aroma de cigarrillos mezclado con olores repulsivos durante la noche redujeron su consumo al día siguiente.

Estos datos sugieren que el cerebro puede “aprender” asociaciones conductuales básicas durante el sueño, capaces de influir en decisiones o hábitos.

La clave está en dormir bien

Aunque algunos estudios muestran que ciertas personas pueden recordar palabras o pares de términos nuevos tras escucharlos dormidos, los científicos advierten que interrumpir el sueño profundo para intentar aprender más no es una buena estrategia. La falta de descanso afecta negativamente a la atención, la concentración y la capacidad de retener nueva información.

Un fenómeno fascinante observado en laboratorio es el replay hipocámpico: durante el sueño profundo, el hipocampo “reproduce” los patrones neuronales del aprendizaje diurno, lo que permite al cerebro “repasar” y afianzar lo aprendido. Este proceso, conocido como consolidación de sistema activo, es clave para transformar recuerdos frágiles en conocimientos duraderos.

Conclusión: dormir potencia el aprendizaje

Lejos de ser tiempo perdido, el sueño cumple un rol fundamental en la estructura del aprendizaje humano. No sustituye al estudio, pero lo complementa. Dormir bien, con horarios regulares y suficientes horas de descanso, permite que el conocimiento se asiente y la memoria se fortalezca.

No despertaremos hablando alemán de la noche a la mañana, pero cada noche el cerebro trabaja silenciosamente para que al día siguiente podamos comprender, recordar y aplicar mejor lo que estudiamos.

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