EN PANTALLA. Pablo Cuello es dueño de una voz grave y poderosa.
Tiene apenas 18 años, vive en Yerba Buena, juega en Tucumán Rugby y hasta hace poco cursaba el primer año de la carrera de Medicina. Pero sabe que desde hace pocos días ese anonimato de ser uno más se rompió, quizás definitivamente, por su irrupción en la televisión nacional en prime time. El nombre de Pablo Cuello se volvió conocido después de una actuación destacada en las audiciones a ciegas de La Voz Argentina, donde logró que tres de los líderes de cuatro equipos giraran sus sillas, en señal de aprobación a su canto. Pero la historia no empezó en un estudio de grabación, sino en el patio de su casa.
“Canto en guitarreadas con mi papá. A él le gusta el folclore y hacemos canciones juntos”, cuenta el joven. “En mi familia siempre está la música presente”, agrega.
La oportunidad llegó por azar: “justo se dio el casting en Tucumán y me animé a ir. Fue complicado. Había mucha gente participando y la prueba solo duró 10 segundos. Me pidieron dos canciones y en ese momento te decían si quedabas seleccionado o no. Estaba muy nervioso, me temblaban las piernas”.
En esa instancia interpretó “Your man”, del artista estadounidense de música country Josh Turner, y luego hizo “Mucho corazón”, de Luis Miguel. Y pasó la selección.
Un debut sin experiencia
Pablo nunca estudió canto. Sin embargo, cuando supo que había quedado elegido, recibió una ayuda inesperada. “Un amigo de mi papá que es cantante profesional, Miguel Marengo (tenor lírico pop de Los Juan), se enteró que había sido incluido en La Voz y se ofreció a ayudarme para que yo pueda dar mi propia versión de la canción que hice” cuando llegó al programa de la noche del martes; luego ya nada fue igual.
El tema elegido para su audición a ciegas fue “Down with my baby”, de Kevin Johansen, y su voz grave sedujo a tres jurados: Soledad Pastorutti, Ale Sergi (Miranda!) y Lali Espósito dieron vuelta sus sillas para que el vocalista elija con cuál coaching trabajar para las futuras apariciones, cada una más exigente que la anterior.
“Estuve con todos mis compañeros del certamen antes de salir al escenario. Mi abuela y mi tía abuela estaban entre el público y no me reconocieron al instante cuando me tocó cantar”, recuerda entre risas.
Sobre el momento en que se vio por televisión, reflexiona: “La pasé bien pero después me vi y sentí que me faltó un poco de cancha. Estaba muy quieto durante el tema”.
Cuello no fue el único tucumano que concursó al aire: Violeta Patricia Lemo también pasó de ronda, dejando en lo más alto los colores tucumanos.
“Seguro con Lali”
Cuello quedó con la posibilidad de elegir entre varios equipos y se inclinó por Lali. “Ella es una cantante que veo y siento que es a lo que aspiro. Me gusta su carrera y cómo se forjó. Me siento seguro con ella, pero estaba entre Lali y Soledad”, se sincera.
En el backstage, la experiencia también fue intensa para el estudiante universitario. “Desde que llegué, todo fue espectacular. Tenía un coach que me preparó un poco para el momento y probamos sonido. Canté con una pista musical, pero la segunda canción fue con músicos en vivo”, relata.
Pablo confiesa que nunca imaginó la calidad de participantes con los que se encontraría en el show. “Me sorprendí del nivel profesional que tienen los otros, tanto la gente que no estudió como los que sí tienen preparación. Es impresionante. Hasta cuando cantan jugando, cantan increíble”, dice sorprendido.
El después
Con la difusión del programa llegaron también los mensajes, las felicitaciones y los comentarios en redes sociales. “No quería subir un video en mis redes sobre mi presentación u otro reaccionando, sino uno propio para agradecer todos los mensajes lindos que recibí”, aclara y agrega: “Uno que otro comentario fue muy ingenioso y me hizo reír”.
Cuello destaca el compañerismo entre los participantes y valora la oportunidad de seguir aprendiendo: “Todo lo que sepa y me sume, es bueno para aprender de los demás. Es una buena oportunidad para aprender este show”. “Aprendí que, a nivel técnico todavía, no sé nada sobre lo que creí que sabía”, reconoce.
En el presente, Pablo reparte su tiempo entre ensayos, viajes a Buenos Aires y estadías en hotel junto a los otros concursantes. “Viajo a Buenos Aires a preparar las presentaciones. Los que no vivimos allí, nos quedamos en un hotel junto con los demás. Ya tengo amistad con otros, conocí muy buenas personas. Lo mejor de esta experiencia será poder llevarme los vínculos que formé”, reflexiona.
Aún le cuesta dimensionar lo que está viviendo: “No me cae la ficha todavía de lo que viví. Me acuesto a dormir emocionado. Me paso las noches respondiendo mensajes”.
Y si bien por ahora la rutina es vertiginosa y con escalas porteñas, ya se ilusiona con un futuro cercano: “Me encantaría cantar en escenarios tucumanos”.
























