Cada 1 de julio, el calendario litúrgico de la Iglesia Católica en su santoral celebra a distintos santos, mártires y beatos que dejaron su huella en la fe cristiana. Entre los principales, se destaca la memoria de San Aarón, el hermano mayor de Moisés y primer sumo sacerdote del pueblo de Israel, considerado un símbolo de la mediación entre Dios y los hombres.
También se conmemora a San Oliverio Plunkett, obispo y mártir irlandés del siglo XVII, ejecutado en Inglaterra en 1681 durante las persecuciones anticatólicas, reconocido como el último mártir católico en suelo británico y canonizado en 1975. En 1679, en medio de la fiebre anti-católica que barría Inglaterra e Irlanda, Plunkett fue arrestado bajo falsas acusaciones de traición. Fue llevado a Londres para ser juzgado, donde enfrentó un juicio injusto y fue condenado a muerte. El 1 de julio de 1681, Oliver Plunkett fue ahorcado, descuartizado y decapitado en Tyburn, Londres, convirtiéndose en el último mártir católico ejecutado en Inglaterra.
En este día se recuerda asimismo a San Esteban de Nicea, obispo del siglo IX, defensor de la veneración de las imágenes sagradas frente a la iconoclasia.
La lista de santos del 1 de julio incluye además a San Gal, eremita irlandés; San Teodorico de Mont d’Or, abad benedictino; y a los Santos Mártires de China, un grupo de cristianos asesinados durante la rebelión de los bóxers en 1900.
Estas conmemoraciones invitan a reflexionar sobre la fe y el testimonio de quienes dedicaron su vida a sus creencias, muchas veces en contextos de gran adversidad. El santoral es una tradición viva que conecta cada día con ejemplos de coraje, devoción y servicio.























