RUMBO AL ESTADIO. Los fanáticos de San Martín no ocultaron su pasión en Santiago del Estero. Foto de Osvaldo Ripoll/LA GACETA.
Aunque en un principio el Jardín Botánico había sido indicado como punto de reunión para los simpatizantes de San Martín, la marea rojiblanca se trasladó al Parque Aguirre. Allí, a metros del estadio Madre de Ciudades, el hincha tucumano convirtió ese rincón de Santiago del Estero en una auténtica peña norteña. Banderas colgadas de los árboles, camisetas bien visibles, parlantes con música a todo volumen y un asado compartido entre amigos fueron el marco perfecto para la previa del duelo contra Güemes.
Entre tantos rostros felices, el de Luciano Nicolás Rodríguez destacaba por su entusiasmo y por lo que transmitía al hablar del club. “Vinimos con amigos, compañeros de trabajo, con la banda de los capibaras”, contaba entre risas. Cuando le preguntaron por el apodo, explicó. “Porque él se apuntó ‘capibara' a modo gracioso por su contextura física y así quedó. Somos cinco en un solo auto. El primer día que salieron las entradas, ya las teníamos. Somos venenos a San Martín”, dijo con orgullo.
Luciano, como muchos otros, no venía detrás de una promesa de victoria ni de un campeonato. Lo suyo tenía raíces más profundas. “No es que estamos ilusionados ni nada. Pero el amor a la camiseta de San Martín, siempre va a estar. No importa si perdés o ganás, lo mismo vamos a la cancha”, expresó.
La consigna para este partido era ingresar como “neutrales”, sin identificación visible del club, pero eso no impidió que los hinchas desbordaran pasión. Las camisetas, los tatuajes, las banderas: todo decía San Martín. “Era sabido. Al hincha de San Martín no se le puede prohibir nada. Por ejemplo, yo tengo el tatuaje del club. Acá abajo ya me voy a poner un pantalón corto que se vea bien el tatuaje”, desafió Rodríguez.
"La pasión no se esconde", dicen los hinchas de San Martín
Mientras que su compañero Matías Giménez, al ser consultado sobre si iban a ocultar los colores para entrar al estadio, fue claro. “Sí, vamos a ponernos la camiseta por debajo del buzo. Pero, la pasión no se esconde. Ahí vamos a estar cantando por el club”, afirmó Giménez, que al hablar del presente futbolístico, fue directo al hueso. “Para que el hincha se vuelva a enamorar del equipo, los jugadores tienen que poner huevo y corazón. Sentir la camiseta como la sentimos nosotros. Dejamos familia, todo, para venir. Eso tiene que verse también adentro de la cancha”, concluyó.























