Las vacaciones de invierno empezarán a tomar envión en los próximos días con la llegada de visitantes de todas las provincias del país que elijan el norte argentino como destino de su descanso, aunque la dispersión del calendario del receso según la autonomía de cada distrito hace que hasta fin de mes habrá turismo receptivo en Tucumán.
Nueve provincias empezarán su pausa esta semana, mientras que otras 11 (incluyendo Tucumán) transitarán la última; las restantes cuatro administraciones dispusieron que sea del lunes 21 al viernes 1 de agosto, más tardío que de costumbre. Si bien son las menos, este último grupo incluye a la Capital Federal y a Provincia de Buenos Aires, focos objetivos de toda campaña para conseguir visitantes (las otras son Chaco y Santiago del Estero). Esta situación invita a los responsables locales -de todos los sectores públicos y privados- a preveer una amplia y seductora oferta que abarque, además, prácticamente todo el mes que está transcurriendo.
Los dos pilares más buscados por los que deciden conocer un territorio (o volver a él) son la naturaleza y la cultura, entendida en un sentido amplio que abarque historia, gastronomía y espectáculos. Las bellezas tucumanas con sus yungas y sus valles son un punto fuerte en toda convocatoria, pero el otro aspecto debe construirse de forma sólida y sostenida en el tiempo para que sea una opción atractiva.
La historia marca a la provincia desde los tiempos de la batalla de 1812 que marcó los destinos de la patria, consolidada cuatro años más tarde con la declaración de la independencia. Es algo dado, que bien se debe aprovechar e incluso potenciar en tanto aspectos que sirven para la construcción de la identidad argentina. En lo culinario, la reciente realización de un congreso gastronómico y de la Fiesta del Alfajor expuso la importancia de investigar nuevos sabores y preparaciones, que cuando se prueben refieran a un sabor local.
En lo artístico se está desarrollando la edición 26 del Julio Cultural Universitario, un puntal destacado de la agenda anual y cuya concreción siempre es tan esperada por el público como desafiante para las autoridades de la Universidad Nacional de Tucumán, más en este tiempo de recorte de fondos desde el Gobierno central para las casas de altos estudios y la falta absoluta de apoyo para su realización. La cartelera programada evidencia la calidad y variedad de los artistas tucumanos en todos los campos escénicos y de la plástica; así como la presencia de consagrados teatristas y cantantes nacionales, en la confirmación de que el evento tiene un prestigio bien ganado. Esta semana, a su vez, la Facultad de Derecho de la UNT suma su propia oferta en un nuevo ciclo de “Derecho sin receso”. Asimismo, los entes provinciales de Cultura y de Turismo organizaron sus propias actividades, en algunos casos en articulación con municipios puntuales del interior. Además, la Municipalidad de San Miguel de Tucumán despliega todo su impulso en diferentes puntos de la capital (principalmente plazas y museos) para que nadie deje de divertirse, sea turista o vecino.
Pero el real sostén de lo cultural a lo largo del año por fuera de este mes, y que necesita un apoyo constante, lo dan los artistas que mantienen vivos los escenarios los 12 meses. En ese sentido, es destacable el impulso para crear el Abasto Barrio Cultural como un circuito que descentralice la oferta y revitalice la zona.



















