LA ESQUINA DE CASAL. Es la zona donde el abusador atacó a mujeres.
Los violentos episodios protagonizados por un hombre de 51 años, acusado de abusar sexualmente de dos mujeres de y una adolescente, generaron indignación y preocupación en vecinos y comerciantes que frecuentan diariamente la zona de avenida Mate de Luna, avenida Alem, 24 de Septiembre y Bernabé Aráoz.
La cara del imputado se conoció a raíz de un video que difundió el hermano de una de las víctimas, en el cual se observaba cómo el hombre agredió a la adolescente cuando ingresaba junto a su madre a su edificio, ubicado cerca de avenidas Mate de Luna y Alem. El posteo rápidamente se viralizó y la imagen del acosador empezó a compartirse por grupos de WhatsApp de la zona para alertar los cuidados. “Nos enteramos el fin de semana por los vecinos que comentaban lo que había pasado cuando venían al negocio”, contó Lucas Gael, empleado de un drugstore que funciona a pocos metros de la intersección de las avenidas.
La mayoría de los entrevistados por LA GACETA se mostraron sorprendidos de lo ocurrido. “Hace mucho que no escuchábamos algo así. Un tiempo atrás sabíamos de un hombre que merodeaba por acá, no se acercaba a las chicas aunque sí se tocaba sus partes íntimas; creo que tenía una enfermedad mental pero hace meses que no lo volvimos a ver. Ahora es más común enterarse de algún robo en la calle”, dijo Sandra Espinoza.
Cambios de hábitos
A ninguno se le hizo familiar el rostro del hombre tras ver el video en redes sociales. “No es alguien que frecuente por acá. Si bien hay constante movimiento de gente por la ubicación, a los que vienen seguido ya los identificamos. Cuando nos mostraron la cara de este tipo quedamos pendientes por si lo veíamos aparecer”, contó Maximiliano, que atiende un bar sobre avenida Alem al 100.
Los vecinos coincidieron en que la presencia policial ayuda a combatir la inseguridad, sin embargo, a raíz de estos episodios las alarmas volvieron a encenderse, sobre todo entre aquellos padres que tienen hijos menores. “Mis hijas suelen ir caminando al colegio porque vivimos a pocas cuadras, pero estos últimos días modificamos nuestra rutina para llevarlas nosotros. Aunque no sea a uno al que le pasa esto quedás perseguido”, sostuvo María Fuentes.
“¡Todo esto es una locura! Antes te tenías que cuidar de que no te asalten y ahora se le suma cuidarte de que no salga un loquito de la nada y te abuse. Es agotador vivir todo el tiempo en estado de alerta; hay que buscar una solución para que esto deje de pasar. Espero que la chicas que vivieron esta situación estén bien”, opinó Aldana Pinto.























