Pichón López: pasó de cuidar coches en la infancia a inspirar a los más chicos en las redes

“Pichón” López es uno de los influencers locales más queridos en las redes sociales, pero no olvida sus inicios ni su perfil solidario.

Pichón López: pasó de cuidar coches en la infancia a inspirar a los más chicos en las redes
28 Agosto 2025

Cuando Eduardo López entra en escena, todos lo conocen como “Pichón”. En TikTok, en Facebook, en Instagram, en las calles de San Miguel de Tucumán, su personaje es tan reconocido que casi todos lo detienen para pedirle fotos o saludarlo. Pero detrás del humor espontáneo y los videos virales se esconde una historia marcada por la resiliencia, la adversidad y la solidaridad. Y así lo explicó el protagonista en Fuerte al Medio.

“Yo soy Eduardo, "Pichón", digamos. Una persona que viene de abajo, que tiene muchas ganas de progresar, de seguir creciendo”, se define él mismo. Y basta escucharlo hablar para entender que en su vida nada fue sencillo, pero que cada tropiezo le enseñó a reinventarse.

Su infancia estuvo atravesada por la carencia. “Nosotros somos siete hermanos y, en ese tiempo, estaban algunos primos. En total éramos 10. Mi papá se separó y nos dejó cuando éramos chicos. Mi mamá no tenía el presupuesto, entonces yo viví con diferentes familias, con vecinos que me daban un lugar”, recuerda. Entre los seis y los 10 años pasó de casa en casa, cuidando coches por las noches para poder llevar dinero a casa. “Terminaba el trabajo y me daban una docena de empanadas como premio. Esa era mi vida”, cuenta con naturalidad, sin victimismo.

Pichón López: pasó de cuidar coches en la infancia a inspirar a los más chicos en las redes

En la adolescencia, el deporte se cruzó en su camino. Primero como espectador, después como practicante. “Llevaba a mi hijo a Argentinos del Norte y un papá de un compañerito de él me decía: ‘Vamos a correr’. Y yo le respondía: ‘Andá vos’. Pero un día me sumé y terminé corriendo yo sólo, porque el al tiempo dejó”, recuerda entre risas. Poco a poco se fue metiendo en el running, formó parte de grupos de entrenamiento y se probó en carreras locales. Aunque en paralelo, su vida daba otro giro inesperado: las redes sociales.

“Yo siempre he sido una persona de hablar muchas cagadas (SIC), digamos, espontáneo. Y un día, jugando con mi hija, hicimos un sketch corto, lo subí a Facebook y la gente empezó a compartirlo. De repente me encontraba transmitiendo en vivo y con cientos de personas mirando. Ahí descubrí el personaje”, relata. Sus ocurrencias, su vocabulario popular y la complicidad con los chicos de su barrio hicieron el resto. Los videos empezaron a circular, lo llamaban para hacer colaboraciones y el nombre de “Pichón” se hizo viral.

Pero su crecimiento en redes también trajo críticas. “Era muy criticado por el tema de las malas palabras. Hasta el 'changuerío' me decía ‘mi abuela dice que no digas malas palabras’. Yo entendí que había que cuidar un poco eso. Siempre supe hacia dónde íbamos, y que íbamos bien encaminados”, reflexiona.

Lo que terminó de diferenciarlo fue su costado solidario. Pichón no se quedó solo en el entretenimiento, sino que empezó a mover a su comunidad para ayudar a los que menos tienen. “Yo de chico no tenía juguetes, los conseguíamos en los bailes, en los chocolatadas. Entonces arranqué con eso, con lo solidario. En 2023 me contacté con la comisión de hinchas de Atlético Tucumán para llevar a Papá Noel al barrio y repartir regalos en Villa 9 de Julio. En poco tiempo recaudamos un montón de juguetes, también hicimos los Reyes Magos. La gente cree en lo que hacemos”, relata con orgullo.

Su vínculo con jugadores de Atlético y San Martín, así como con músicos y personalidades locales, lo ayudó a potenciar estas campañas. “Yo mando mensajes, algunos responden, otros no. Pero siempre hay alguien que se suma. A veces me regalan camisetas y con eso organizamos sorteos o juntamos fondos. Gracias a Dios, la gente confía”, repite "Pichón", que atiende un almacen en su barrio.

Ese costado social convive con su faceta deportiva, que vuelve a tener protagonismo en 2025 con su participación en los 21K LA GACETA. “No voy a correr los 21, voy a correr los 10 nomás. Estoy en un grupo con el profe Enzo Sánchez y vengo entrenando en el parque. Tengo que aflojar con los sanguches, pero vamos a llegar”, confiesa entre risas. Sin embargo, habla del running con seriedad, consciente de lo que implica prepararse: “La constancia, la alimentación y la motivación mental son las tres cosas fundamentales. Si falla una, te lleva a la lesión. Para mí las tres son igual de importantes”, remarcó.

El humor siempre lo acompaña. Él mismo bromea con sus altibajos físicos: “Dejé de correr un tiempo, me veía la cara consumida en los videos, parecía viejo. Ahora quiero volver, mejorar los tiempos y sentirme bien otra vez”, expresó.

Su historia, atravesada por la humildad, el esfuerzo, la paternidad temprana, el abandono de la carrera de profesor de educación física y la reinvención constante, lo coloca en un lugar singular. "Pichón" es al mismo tiempo influencer, comediante, atleta amateur y referente solidario. Y aunque muchos lo encasillan en uno u otro rol, él prefiere ser simplemente Eduardo López: “Soy una persona con ganas de progresar, de seguir creciendo”, afirmó.

A su futuro lo imagina diversificado, entre redes, deporte y emprendimientos. Sueña con montar un negocio propio, vender zapatillas y ropa deportiva, y seguir ayudando a los chicos de su barrio. Mientras tanto, sigue generando contenido, entrenando para las próximas carreras y respondiendo a cada saludo que recibe en la calle.

Quizás el secreto de su magnetismo sea justamente esa mezcla de humor, autenticidad y memoria. Porque en cada chiste que hace, en cada video con el "changuerío” del barrio, late la experiencia de un niño que tuvo poco y que hoy busca compartir lo que la vida, a fuerza de esfuerzo, le fue devolviendo. “Gracias a Dios, siempre he sabido para dónde vamos. Y vamos bien, en camino”, resume. Esa frase, dicha con convicción, parece explicar todo.

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