Atlético-River y el problema del Monumental: propiedades en venta y quejas por violencia y vandalismo

A días del partido, crece la preocupación en los alrededores del “José Fierro”. Vecinos denuncian caos y pérdida de valor en sus propiedades, y aseguran que los incidentes contra Rosario Central no fueron hechos aislados.

CAOS. Según aseguran los vecinos del barrio, cada partido de Atlético en casa es motivo de problemas. CAOS. Según aseguran los vecinos del barrio, cada partido de Atlético en casa es motivo de problemas. LA GACETA / Osvaldo Ripoll

Once propiedades contabilizó LA GACETA que están en venta o alquiler en los alrededores inmediatos del Monumental "José Fierro". Aclaran los vecinos que son muchas más si uno se aleja dos o tres cuadras del estadio, lo que amplía el radio de influencia a unas 50 manzanas en los cuatro puntos cardinales. En un rápido recorrido en bicicleta contabilizamos más de 50.

¿La razón de este éxodo llamativo? El caos que genera cada partido de local en toda la zona: violencia, vandalismo, robos, la suciedad que queda en calles y veredas después de cada encuentro, que además se convierten en un enorme y pestilente baño público a cielo abierto.

“No es sólo el caos, que te impide entrar o salir de tu casa durante cuatro o cinco horas, el miedo, el ruido, los que orinan en tu puerta, sino que las propiedades se vienen desvalorizando desde hace varios años”, cuenta una vecina de 25 de Mayo al 1.200, cuya casa ubicada a metros de calle Chile se encuentra en venta desde hace años, sin éxito.

“La última vez que di la cara en una nota para LA GACETA (sobre la ampliación de las populares, que implicaría la desviación de Laprida -ver nota aparte-) unos días después vinieron los de la barra y me destruyeron todo el local”, denunció un comerciante, quien aclara que no tiene problema en volver a dar su nombre, aunque el diario decidió reservarlo para prevenir que los incidentes se repitan.

DESCONTROL. Pese a que está prohibido la venta de alcohol en los los alrededores del estadio, los hinchas se la resbuscan para sortear los controles. DESCONTROL. Pese a que está prohibido la venta de alcohol en los los alrededores del estadio, los hinchas se la resbuscan para sortear los controles. LA GACETA / Osvaldo Ripoll

Un almacenero se queja: “No es justo que los que estamos en regla, que pagamos los impuestos, y estamos en una zona habilitada para la venta de alcohol (más de 200 metros de los estadios, según la ley tucumana), compitamos con locales clandestinos, que abren sólo para los partidos a metros de la cancha, no pagan ningún impuesto y acumulan un montón de multas del IPLA y no les importa”.

Los incidentes con Central, uno de tantos

Varias fotos, videos y testimonios de los vecinos dieron cuenta de los incidentes ocurridos entre hinchas de Rosario Central y de Atlético, luego del partido jugado en el Monumental el 9 de agosto. El epicentro de los choques ocurrió en avenida Juan B. Justo. Los testigos aseguraron que se trató de una “zona liberada”, sin ninguna presencia policial.

Tanto el ministro de Seguridad, Eugenio Agüero Gamboa, como el jefe de Policía, Joaquín Girvau, coincidieron en que sólo se trataron de hechos aislados, con algunos colectivos con hinchas de Central atacados por los locales, que fueron rápidamente sofocados y que el operativo policial, en general, fue exitoso y ordenado.

Al día siguiente del partido, LA GACETA registró imágenes del enfrentamiento. Vidrios, ladrillos, gente golpeada, autos destrozados, motos robadas y hasta manchas de sangre en una vereda.

Todos los fines de semana se producen incidentes de violencia entre facciones rivales, lo que hace peligrar la vuelta del público visitante al fútbol.

Un hincha de la barra que ocupa la tribuna de la Chile, aunque aclara que no es parte de “La Inimitable”, cuenta que las locaciones van rotando. “Antes nos juntábamos en Italia y 25 de Mayo hasta que un jefe policial se fue a vivir  al edificio de la esquina y nos desalojaron con caballos. Ahora nos reunimos en la Laprida y otros en la Rivadavia y ahí no nos molestan. El problema es que cambiaron los códigos. Antes la barra cuidaba el barrio, que no se toquen los autos ni las casas; hasta a la mujeres las cuidábamos. Si alguien les decía algo a las vecinas los agarrábamos a palos, pero ahora los pendejos están zarpados; no tienen límites, están muy drogados, tienen armas y no hacen caso, rompen todo”, revela el hincha conocido como “Tafirol”.

Luego de los incidentes más graves de las últimas semanas, entre Independiente y la Universidad de Chile, donde hubo decenas de detenidos y tres heridos internados en situación crítica, se reavivó la polémica sobre la violencia en el fútbol. Tuvo más repercusión por tratarse de un partido internacional, pero los enfrentamientos son moneda común en casi todos los partidos, de cualquier categoría: Colón con Mitre de Santiago; Godoy Cruz vs Atlético Mineiro; Colonias y Cerros contra Sierra Chica; Rampla Juniors vs Picapiedra, Talleres y River, etc.

PRESENCIA POLICIAL. Los operativos intentan frenar la locura, pero muchas veces se ven desbordados. PRESENCIA POLICIAL. Los operativos intentan frenar la locura, pero muchas veces se ven desbordados. LA GACETA / Osvaldo Ripoll

Se rompieron los códigos

“Es así, los códigos han cambiado; siempre fue complicado en los alrededores de los estadios, pero hoy es peor”, admitió el ex concejal y vicepresidente de Atlético Tucumán, Ignacio Golobisky.

Aunque no es responsabilidad directa del club, el dirigente reconoció que “nunca fue fácil cuando hay partidos de local, dos veces al mes, pero las generaciones más jóvenes no respetan los códigos de antes”.

Un choripanero que se estaciona en 25 de Mayo y Chile reveló que la “barra brava” controla toda la zona. Desde los puestos de comida, los vendedores ambulantes, de banderas y souvenirs, hasta el cobro del estacionamiento, la venta de entradas, drogas, alcohol… “En la cancha de San Martín pasa lo mismo, las calles son de ellos, no se mete el club ni la Policía”, denunció.

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