Boca se encamina a un recambio profundo en diciembre. Con el cierre del año llegará también el final de varios vínculos y préstamos, y una parte importante del plantel actual dirá adiós. Entre salidas confirmadas y otras prácticamente definidas, ya son cinco los jugadores que no seguirán en el club. No se trata sólo de nombres: detrás de cada salida hay historias, ciclos cumplidos y una intención clara de la dirigencia de renovar una estructura que se había vuelto pesada y sin protagonismo.
Ignacio Miramón dejará Boca a fines de diciembre.
La lista de los que se marchan comienza con Sergio Romero, cuya salida ya fue oficializada. El arquero rescindió su contrato y seguirá su carrera en Argentinos Juniors. Su relación con Boca se fue desgastando desde mediados de 2024. Después de haber estado cerca de convertirse en héroe en la Copa Libertadores 2023, se vio envuelto en un incidente con un plateísta, sufrió lesiones y terminó sin minutos durante todo 2025. Lo que había sido un proyecto de continuidad terminó en desencuentros y frustración.
Otro que se va es Ignacio Miramón, cuyo préstamo desde Lille vence en diciembre. El mediocampista no cumplió con la cláusula que obligaba al club a comprar su pase, ya que no alcanzó a firmar el 70% de las planillas oficiales. Llegó en agosto de 2024 con buenas referencias, pero nunca logró consolidarse: jugó 20 partidos en total, apenas tres en este año, y sumó poco más de 100 minutos en cancha. Russo no lo utilizó, Gago tampoco lo tuvo en cuenta y su salida parece una formalidad.
En la misma línea, Cristian Lema transita sus últimos meses en el club. Marginado del plantel, entrena por su cuenta y ya no forma parte de la dinámica grupal. Su relación con la dirigencia se rompió hace tiempo, y aunque intentó rescindir su contrato antes, el cierre del mercado se lo impidió. Esperará hasta diciembre para quedar libre y poner fin a una etapa que, en los hechos, ya está terminada.
El caso de Frank Fabra tiene un tono más melancólico. Después de casi diez años con la camiseta azul y oro, el colombiano también se despedirá. Dirigentes y jugador coinciden en que su ciclo está cumplido. En 2025 apenas jugó cuatro partidos y perdió definitivamente el puesto con Lautaro Blanco. Su nombre, que alguna vez fue sinónimo de regularidad y proyección, hoy divide al hincha: las silbatinas en la Bombonera confirmaron que la paciencia se agotó. Su salida será el cierre de una era.
El quinto caso es el de Javier García, símbolo de otro tiempo. Su contrato vence en diciembre y, a los 38 años, todo indica que su carrera está llegando a su fin. Aunque no hay una decisión oficial, en el club se habla de la posibilidad de que cuelgue los guantes e integre el cuerpo técnico como entrenador de arqueros. En esta temporada fue el tercer arquero, aunque ante Rosario Central debió volver al banco por la lesión de Marchesín.
Romero, Miramón, Lema, Fabra y García representan distintas etapas del club, pero comparten un denominador común: ya no forman parte del presente competitivo de Boca. La salida de todos ellos simboliza el final de una camada que perdió lugar, influencia y conexión con la exigencia actual del equipo.
La dirigencia, mientras tanto, ve en este proceso una oportunidad. Liberar contratos, reducir la masa salarial y apostar a un recambio generacional se volvió una necesidad. Boca planea iniciar 2026 con un plantel más corto, dinámico y enfocado en jugadores con proyección. Diciembre marcará el final de una etapa, pero también el punto de partida de un nuevo ciclo azul y oro que buscará, otra vez, acercarse al protagonismo perdido.




















