Globo de contrabando bielorruso avistado en el aeropuertos de Vilna RR.SS/ABC
Hace meses que el cielo de Lituania no encuentra tranquilidad. Los drones y aeronaves obligaron a cerrar el espacio abierto y clausurar aeropuertos civiles. Pero ahora las señales parecen más inquietantes y menos evidentes, al intentar frenar la llegada de decenas de globos aerostáticos que irrumpen por las noches en el país.
Una oleada de globos perturbó el cielo europeo en las últimas semanas, como parte de lo que se convirtió en un frente silencioso de un “ataque híbrido”. No hay señales claras, amenazas obvias ni banderas distintivas. Las trayectorias ambiguas y objetos enigmáticos forzaron cierres de aeropuertos, desvíos de rutas comerciales y respuestas militares que alteran la normalidad civil y consumen recursos.
Un “ataque híbrido” con globos
No son drones ni cazas de combate, solo globos. Decenas de ellos cargados de contrabando que obligaron a cerrar temporalmente los aeropuertos de la capital Vilnius y de la ciudad de Kaunas, en el centro-sur del país la semana pasada.
Lituania apuntó contra Bielorrusia, aliada de Rusia, de haber iniciado un "ataque híbrido", por globos que transportaban cigarrillos ilegales, una táctica que a menudo se atribuye a los contrabandistas bielorrusos. Esto llevó al país a cerrar la frontera oriental con su vecino, con excepciones mínimas para diplomáticos y ciudadanos de la UE en tránsito.
La orden de destrucción
La decisión marca un punto de inflexión en el flanco oriental de la OTAN, donde las violaciones del espacio aéreo por drones, globos y aeronaves rusas se volvieron recurrentes en las últimas semanas, desde Estonia y Polonia hasta Dinamarca, Noruega o Alemania, alimentando la impresión de una campaña sostenida de provocaciones calibradas para medir reflejos, saturar defensas y erosionar la tolerancia política al coste de la disuasión.
El ejército lituano ya fue autorizado a derribar esos globos, según ordenó Inga Rugiene, la primera ministra lituana. “Tomaremos todas las medidas más duras para detener este tipo de ataques”, advirtió la funcionaria, entre ellas están la destrucción de globos, la presión sobre Bielorrusia, el combate del contrabando y la provisión de asistencia a los ciudadanos afectados por los retrasos en los vuelos.
La irrupción de globos aerostáticos de contrabandistas sería una nueva variación de la guerra híbrida que desde Rusia y Bielorrusia ―su más estrecho aliado en Europa― se estaría lanzando sobre los países de la OTAN. En los últimos meses, se produjeron diversas variantes como la irrupción de drones que obligan a cerrar el espacio aéreo o a clausurar aeropuertos civiles para evitar riesgos de accidentes.
Naturaleza de los globos
Los globos (algunos de más de 50 kilos, empleados también para contrabando de tabaco) son interpretados no sólo como economía criminal sino como instrumento barato de guerra psicológica y de ensayo técnico: estiran la “zona gris” cinco kilómetros hacia dentro, fuerzan cierres aeroportuarios, degradan logística, tensionan la cadena de decisión civil y militar y exponen la fricción de activar reglas de enfrentamiento contra blancos sin señal militar clásica.






















