Postes eléctricos caídos tras el paso del huracán Melissa, en Black River, Jamaica, el 29 de octubre. Foto: Ricardo Makyn/AFP
La Policía francesa detuvo este miércoles a cinco nuevos sospechosos vinculados al robo de joyas en el Museo del Louvre, ocurrido el pasado 19 de octubre en París. Los arrestos se realizaron de forma simultánea en distintos puntos de la región parisina alrededor de las 21:00 horas, según confirmó la fiscal Laure Beccuau en una entrevista radiofónica.
Uno de los detenidos, precisó Beccuau, “era objetivo directo de los investigadores” y “existen pruebas de ADN que lo vinculan con el robo”. El sospechoso formaría parte del grupo que ingresó al museo haciéndose pasar por operarios.
“Era uno de los sospechosos que teníamos en el punto de mira desde el inicio. Las pruebas son sólidas”, aseguró la fiscal.
Dos detenidos previos ingresaron en prisión provisional
El avance de la investigación se suma a las primeras detenciones realizadas el fin de semana, cuando fueron arrestados dos hombres, uno argelino de 34 años y otro francés de 39, quienes ya se encuentran en prisión preventiva.
Ambos fueron formalmente acusados de robo en banda organizada y pertenencia a una organización criminal con fines delictivos, delitos que podrían implicar penas de hasta 15 y 10 años de cárcel, respectivamente.
Durante su custodia policial, los sospechosos admitieron parcialmente su participación en el atraco, aunque negaron haber recibido ayuda interna. “Nada sugiere, por ahora, que los autores tuvieran cómplices dentro del museo”, aclaró Beccuau.
El robo: una operación milimétrica en la Galería de Apolo
El asalto al Louvre fue ejecutado con precisión cinematográfica. Los ladrones, haciéndose pasar por operarios, utilizaron una grúa para elevarse hasta un balcón de la Galería de Apolo, donde se exponen las joyas de la Corona francesa.
Una vez dentro, rompieron dos vitrinas y se llevaron piezas históricas valoradas en 88 millones de euros (más de 102 millones de dólares). Su valor artístico y patrimonial, según los expertos, es incalculable.
La fuga se realizó en motocicletas, una de las cuales fue abandonada a pocos kilómetros del museo, lo que permitió a los investigadores recuperar huellas genéticas que resultaron clave para avanzar en el caso.
ADN y cámaras de seguridad, claves en la investigación
Según explicó la fiscal Beccuau, los rastros de ADN encontrados en la motocicleta utilizada en la huida, en fragmentos de las vitrinas y en objetos abandonados, fueron determinantes para identificar a los sospechosos.
Las cámaras de vigilancia del Louvre registraron a cuatro autores materiales, aunque los investigadores no descartan que el grupo criminal sea más amplio.
Hasta el momento, las joyas robadas no han sido recuperadas, pero las autoridades francesas mantienen la esperanza de encontrarlas. “Seguimos todas las pistas posibles y confiamos en que las piezas sean devueltas al museo”, afirmó Beccuau.
Una investigación en marcha y una red más amplia bajo sospecha
Fuentes judiciales indicaron que las autoridades continúan rastreando una posible red internacional de tráfico de arte y joyas. Los investigadores creen que los responsables podrían intentar vender las piezas a coleccionistas privados fuera de Europa.
El caso ha generado gran impacto en Francia y en la comunidad internacional del arte, ya que se trata del robo más importante en el Louvre en las últimas dos décadas.
Mientras tanto, el museo refuerza sus protocolos de seguridad y mantiene cerrada al público la Galería de Apolo, donde ocurrió el robo.
Joyas desaparecidas y un misterio que crece
El espectacular robo del Louvre combina elementos de alto valor histórico, una ejecución profesional y un desafío a las fuerzas de seguridad francesas.
A dos semanas del atraco, la pregunta sigue abierta: ¿dónde están las joyas de la Corona francesa?
Las autoridades confían en que las nuevas detenciones y las pruebas genéticas permitan recuperar pronto las piezas sustraídas y desmantelar la red detrás del golpe.




















