Desde Brasil, una lectura sobre la violencia y el horror en Río de Janeiro: “Esto es una masacre”

El especialista Andrés Rodrigues advirtió que el operativo policial en el Complexo da Penha reveló un patrón de “radicalización autoritaria”. "La justicia brasileña tiene una deuda histórica con las víctimas de las favelas".

30 Octubre 2025

“Esto es una masacre”, sentencia a LA GACETA Andrés Rodrigues, coordinador del Laboratorio de Estudios sobre Política y Violencia de la Universidad Federal Fluminense, al analizar desde Brasil el operativo policial que dejó más de un centenar de muertos en el Complexo da Penha, en Río de Janeiro. Para el investigador, el episodio no fue un hecho aislado, sino “la continuidad de un modelo de seguridad violento y autoritario” impulsado por el gobierno de Claudio Castro.

“El gobierno de Río acumula masacres policiales. Es un patrón de gestión de la seguridad pública basado en la guerra a las drogas y en el control autoritario de los pobres”, afirmó. Y advirtió: “Esto era previsible, porque las fuerzas de seguridad de Río de Janeiro vienen actuando con brutalidad sistemática y con una impunidad casi garantizada por la justicia local”.

El especialista sostuvo que las imágenes que circularon (vecinos bajando cuerpos de las colinas, en medio de escenas de horror) son “una expresión de la barbarie” que viven las comunidades periféricas de la ciudad. “No sé cómo se reconstruye la historia de una comunidad que pasa por eso”.

Rodrigues reclamó una investigación independiente y presión internacional. “El Ministerio Público y las Naciones Unidas deben intervenir. Los patrones de actuación de la policía de Río son inaceptables y violan estándares internacionales de derechos humanos”, remarcó.

Cuerpos en las calles de Río de Janeiro (REUTERS/Ricardo Moraes) Cuerpos en las calles de Río de Janeiro (REUTERS/Ricardo Moraes)

Según el académico, el discurso oficial que vincula a todas las víctimas con el narcotráfico es parte de un mecanismo ideológico que justifica la represión. “La guerra a las drogas en Brasil es una guerra contra los pobres, contra los negros, contra los habitantes de las favelas. No hay fábricas de armas ni de drogas allí. Los verdaderos operadores del crimen están en los barrios ricos y en el mercado financiero. Las favelas no son territorios violentos: son territorios violentados”, dijo.

Advirtió, además, que las consecuencias de este tipo de operativos son previsibles: “El resultado histórico es la ampliación de la violencia. Cuando la policía destruye a un grupo, otros intentan ocupar su territorio. Es un círculo vicioso”.

Respecto del contraste político entre el gobierno federal de Luiz Inácio Lula da Silva y la gestión estadual de Castro, de raíz bolsonarista, el investigador destacó: “Por suerte, tenemos un gobierno nacional que no comparte esa visión autoritaria. Si Bolsonaro estuviera en Brasilia, la situación sería aún más grave”.

El coordinador del Laboratorio de Estudios sobre Política y Violencia insistió en que la justicia brasileña tiene un rol clave en este momento. “Históricamente fue cómplice de este tipo de operativos. Pero ahora el Supremo Tribunal Federal intervino y podría haber avances. Quiero creer que esta vez habrá una investigación seria y reparación para las familias. Si no, no hay democracia en Río de Janeiro”, concluyó.

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