Mucho mejor que caminar: el ejercicio que multiplica por cuatro los beneficios en los adultos mayores

Mejora la circulación, fortalece los músculos, protege las articulaciones y estimula las funciones cognitivas.

Mucho mejor que caminar: el ejercicio que multiplica por cuatro los beneficios en los adultos mayores
09 Noviembre 2025

Mantener una rutina de ejercicio regular es una de las claves del bienestar en la tercera edad. Con el paso de los años, el cuerpo necesita estímulos adecuados que ayuden a conservar la masa muscular, la densidad ósea y el equilibrio. Sin ellos, aumenta el riesgo de caídas, rigidez articular y pérdida de movilidad.

Por eso, los especialistas insisten en elegir actividades que sean efectivas, seguras y placenteras, de modo que el hábito pueda sostenerse en el tiempo. Y aunque caminar fue durante décadas la recomendación más habitual para las personas mayores, nuevas evidencias apuntan a una alternativa aún mejor: andar en bicicleta.

Por qué la bicicleta supera a la caminata

La principal diferencia está en la eficiencia biomecánica del movimiento. Al pedalear, las piernas realizan un movimiento circular y continuo que requiere menos energía que levantar los pies una y otra vez contra la gravedad, como sucede al caminar. Esto permite mantener la actividad por más tiempo sin sobrecargar el cuerpo.

Otro punto a favor es que el ciclismo elimina los microimpactos repetidos en rodillas, tobillos y caderas. Estos pequeños golpes, inevitables al caminar, pueden acelerar el desgaste articular o provocar molestias en personas con artrosis o problemas óseos. En cambio, el pedaleo ofrece un trabajo muscular completo sin castigar las articulaciones.

Los beneficios no se limitan a las piernas. Andar en bicicleta mejora la circulación, refuerza la capacidad cardiovascular y estimula el equilibrio y la coordinación, reduciendo el riesgo de caídas. Además, al favorecer una mejor oxigenación cerebral, hay evidencia de mejoras en la atención, la memoria y las funciones cognitivas.

Un entrenamiento adaptable y accesible

Uno de los grandes atractivos de la bicicleta es su versatilidad. No es necesario recorrer grandes distancias ni subir pendientes exigentes para obtener resultados: bastan 20 o 30 minutos de pedaleo moderado para fortalecer el cuerpo y cuidar la mente.

Quienes prefieren entrenar en casa pueden optar por bicicletas estáticas, mientras que los que disfrutan del aire libre pueden elegir bicicletas de paseo o con asistencia eléctrica, que facilitan el esfuerzo en trayectos largos o con desniveles.

Para las personas con movilidad reducida o sensibilidad articular, existen versiones adaptadas, como triciclos o pedaleras portátiles que se usan sentado, lo que permite incorporar el ejercicio de forma segura y gradual.

En definitiva, andar en bicicleta combina eficacia, bajo impacto y placer, tres factores esenciales para mantenerse activo con el paso del tiempo. Mucho más que un medio de transporte o una rutina física, el pedaleo puede convertirse en una herramienta poderosa para ganar salud, equilibrio y vitalidad en la tercera edad.

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