CASA ROSADA: Adorni imprime su sello en la Jefatura de Gabinete.
La llegada de Manuel Adorni a la Jefatura de Gabinete marca una nueva etapa en la gestión de La Libertad Avanza, pero también una apuesta personal de los hermanos Milei -en especial de Karina, secretaria general de la Presidencia- por un perfil más cercano, controlado y funcional al núcleo de poder. Tras los pasos de Nicolás Posse y Guillermo Francos, Adorni asume con el desafío de consolidar una jefatura que combine disciplina interna con capacidad ejecutiva, algo que los anteriores no lograron equilibrar.
“Tiene que ser los ojos de Javier y Karina Milei en el Ejecutivo”, resume una persona de extrema confianza del nuevo funcionario. Esa definición sintetiza el espíritu con el que el Presidente y su hermana imaginan esta etapa: un jefe de Gabinete fuerte, pero totalmente alineado con el corazón político del Gobierno. “Quiere a un jefe de Gabinete poderoso. Que haya nuevamente un jefe de Gabinete”, insiste la misma fuente.
El contraste con sus antecesores es inevitable. Posse, el primero en ocupar el cargo, fue criticado por su excesiva burocracia y su tendencia a frenar decisiones con un “doble chequeo” permanente. Su falta de fluidez con otros ministerios derivaron en una gestión que, según fuentes libertarias, “trababa toda la gestión”. Francos, en cambio, representó el extremo opuesto: con un perfil político y conciliador, priorizó los acuerdos y el diálogo, pero terminó siendo señalado por “no coordinar lo suficiente”.
En ese punto intermedio busca ubicarse Adorni. Su perfil técnico, su lealtad probada y su experiencia como vocero lo convierten en un funcionario que combina control y comunicación, dos ejes que los hermanos Milei consideran esenciales. La idea, según explican en la Casa Rosada, es que la Jefatura recupere peso político y funcional, con capacidad de auditar la gestión sin paralizarla.
Cambios estructurales
Esta semana el Gobierno publicará una modificación en la Ley de Ministerios y en el Decreto 50/2019, que regula la estructura administrativa del Estado hasta el nivel de subsecretaría. La actualización reflejará los ajustes en el organigrama estatal y las nuevas competencias que absorberá la Jefatura.
Entre ellas, figura la incorporación de la Secretaría de Comunicación y Medios, que Adorni presidía hasta hace pocos días. Su nuevo titular será el actual subsecretario de Prensa, Javier Lanari, mientras que aún se define quién ocupará su lugar en esa subsecretaría. En los pasillos de la Casa Rosada se menciona que el reemplazo podría surgir de la Sala de Periodistas, aunque el nombre se mantiene bajo reserva.
La estructura interna también tendrá un sello personal: Adorni designó como su jefa de Gabinete a Aimé “Meme” Vázquez, consultora y especialista en Ciencias de la Comunicación, quien ya era su mano derecha y alter ego desde su llegada al Gobierno. Su presencia asegura continuidad en la estrategia comunicacional, un área que considera clave para mantener el equilibrio entre gestión y relato.
Aunque conservará su rol como vocero presidencial, Adorni prevé hacerlo con menor frecuencia. Las conferencias de prensa seguirán, pero de manera más espaciada, mientras concentra su tiempo en la coordinación interna.




















