ADELANTE. Colapinto va por delante de Hamilton; el argentino sostuvo su lugar en un fin de semanas lleno de emociones. AFP
De una largada incómoda, a un desarrollo de carrera de equilibrada prestación en su Alpine que le permitió atacar y defenderse, a un final en la posición 15. Así se completó la nueva experiencia de Franco Colapinto en la F-1, esta vez en el Gran Premio de Brasil, en Interlagos, San Pablo.
La carrera, independiente del trabajo del bonaerense resultó atractiva, no en la lucha por el N°1 porque el británico Lando Norris arrasó con su McLaren, sino en la pelea por los puestos de podio y por las posiciones intermedias. En este sentido, fue impresionante el trabajo del neerlandés Max Verstappen, que largó con su Red Bull desde boxes y llegó a liderar la final, aunque finalmente debió “conformarse” con el tercer lugar. Y esto sucedió porque el juvenil italiano Kimi Antonelli, con Mercedes, resistió de manera brillante los embates del campeón, para quedar 2°.
Para Alpine, la experiencia en Brasil fue positiva. Porque aunque Colapinto no pudo sumar puntos, sí contó con un auto más estable. Y porque el otro piloto del equipo, el francés Pierre Gasly, también sumó un punto en la final, tal cual había logrado en el Sprint del sábado.
Franco, antes de la largada, ya había ganado dos posiciones con respecto a su clasificación del sábado. Salió 16° y no 18°, porque tanto Verstappen como Esteban Ocón (Haas) largaron desde boxes, por romper el parque cerrado al cambiar varias piezas de sus coches.
Con la orden de salida, el bonaerense procuró avanzar, tal su estilo de sorprender a sus rivales en una largada. Pero no lo fue bien porque lo neutralizaron. Incluso llegó a perder puestos, aunque rápidamente los recuperó.
Al ratito recibió un toque en el neumático trasero de su coche por parte de la Ferrari del británico Lewis Hamilton, que se “comió” la salida de una bandera amarilla, y con ella la obligación de mermar la velocidad. Fue el principio de una carrera patética para Hamilton, que en la maniobra rompió la trompa de su bólido, fue penalizado con cinco segundos y luego de penar en el circuito varias vueltas, se decidió por abandonar.
Las primeras vueltas fueron trepidantes. Ya en el giro 3, un nuevo golpe sufrido por el local Gabriel Bortoleto con su Sauber (el sábado lo había destrozado en un tremendo fuera de pista), obligó a un auto de seguridad virtual. A poco del relanzamiento, otro incidente: el australiano Oscar Piastri (McLaren) quiso superar a Antonelli, hubo un toque y el monegasco Charles Leclerc, que venía “pegado”, se vio obligado a irse de la pista, desbandando un neumático. Resultado de ello, al rato tuvo que abandonar.
Las vueltas siguieron pasando y se notó una mejora visible en el rendimiento del Alpine de Colapinto, al punto que llegó a ponerse 9° en la 22, ayudado también por el ingreso a los pits de sus rivales para renovar caucho. Los neumáticos medios que había calzado le daban réditos, siendo este compuesto el de mejor adaptación al trazado brasileño.
En el 30° giro, Franco entró por primera vez a los pits para cambiar neumáticos por blandos. Lo singular del caso es que estos no le permitieron ninguna mejora, por lo que adelantó un nuevo ingreso en la vuelta 44, para poner otra vez intermedios (con una parada horrible de 5”4/10). Cuando salió a pista, estaba 17°, es decir, era el último en la fila.
Las nuevas gomas que puso le dieron un plus de rendimiento, al punto que en la vuelta 49 se convirtió en el piloto más veloz de la competencia. No obstante, ya estaba bastante lejos del pelotón como para intentar mejorar posiciones. Y terminó así la carrera a buen ritmo, no muy lejos del 14° (el español Fernando Alonso, con Aston Martin), aguantando bien los embates del canadiense Lance Stroll (16°, con Aston Martin), aunque sin chances de aspirar a pelear por entrar a la zona de puntos.
Su resumen da cuenta de todo lo señalado. “Fue una carrera aburrida, el ritmo no era malo pero no tenía buen grip ni balance. No quedé muy contento con cómo va el auto. Creo que hicimos una estrategia parecida a los demás y eso hizo que no tengamos oportunidades”, dijo Colapinto.
Al menos para él queda la satisfacción de haberse sobrepuesto a un fin de semana muy emocional, por la confirmación antes del GP de una butaca en Alpine para la temporada 2026; por el tremendo apoyo que recibió de miles de fanáticos argentinos que fueron a alentarlo en San Pablo y por el golpe que sufrió en el Sprint que le quitó posibilidades.
La hora de confirmar todo lo bueno
Del 21 al 23 de este mes habrá una nueva oportunidad para Franco en Las Vegas, en su afán de aprovechar la mejora que experimentó el coche, y también en su búsqueda de aportarle puntos al equipo Alpine para que pueda salir del fondo de la tabla de Constructores. Da la sensación que, ahora sí, las posibilidades con que cuenta son reales y no una ficción, como en las carreras anteriores.






















