¿Cuál es el camino que une a Milei, a Santilli y a Jaldo?

El presidente de la Nación, el ministro del Interior y el gobernador tucumano persiguen un mismo objetivo: llegar de la mejor forma a 2027.

¿Cuál es el camino que une a Milei, a Santilli y a Jaldo?

¿En qué se asemejan Javier Milei, Diego Santilli y los gobernadores, entre ellos el tucumano Osvaldo Jaldo? Después del cimbronazo electoral del 26-O, la dirigencia política ha terminado de confirmar que la tolerancia social tiene sus bemoles y que ya no se seduce con el escudo partidario, con las alianzas de ocasión, mucho menos con un discurso agresivo. El presidente de la Nación, el ministro del Interior y el gobernador de Tucumán han corroborado que a las segundas oportunidades hay que trabajarlas permanentemente. Si quieren conservar su cuota de poder, tendrán que estar en sintonía con lo que la sociedad les exige. De otro modo, pueden caer estrepitosamente en la consideración electoral, dentro de dos años.

Milei tiene ante sí una serie de metas que cumplir para que los argentinos sientan que, como repite en cada discurso, la administración de La Libertad Avanza se convierta “en el mejor gobierno de la historia argentina”. La imagen presidencial está en proceso de reconstrucción. No hay consultora que no la ubique en torno de un 40% a un 45% de positividad. Más de la mitad todavía lo sigue estudiando. Aún así, el economista libertario no tiene nadie enfrente que le pueda hacer sombra. Ni el bonaerense Axel Kicillof ni la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner asoman como escollo político. Mauricio Macri puede ser un actor importante en la escena política, pero tampoco acecha para intentar pegar vuelta.

Un reciente informe de Giaccobe Consultores analiza cómo está la frontera del dolor tolerable por los argentinos respecto de las medidas de la Casa Rosada. A la pregunta sobre el esfuerzo económico que hace la sociedad, el 48% de los participantes del sondeo se identifica con la frase “el Gobierno está haciendo sufrir a la gente, sin sentido”. Otro 38,5% puntualiza que “el esfuerzo vale la pena; hay que seguir para adelante”. Y un 10,6% responde que “el esfuerzo vale la pena, pero la gente no da más”. El cambio de la percepción social se dará en la medida que el Gobierno nacional estabilice las variables macroeconómicas y que, en definitiva, esta mejora derrame en la microeconomía, es decir, en el bolsillo de todos los ciudadanos. La inflación contribuye en gran medida a ese panorama, pero, en gran medida, su continuidad a la baja dependerá más de factores externos que de la conducta del consumo. Por los movimientos del tipo de cambio, el gran karma argentino, no hay “pass through” por la volatilidad del dólar, sino porque la sociedad no convalida aumentos, porque no tiene poder adquisitivo para hacerlo. De esa instancia dependerá la evolución del poder adquisitivo y, por ende, la pobreza. Las reformas estructurales son el camino elegido por Milei para modificar el rumbo hacia el crecimiento económico sostenido.

Diego Santilli estrenó la semana que pasó el traje de ministro del Interior. El Presidente le dio más poder, pero tiene más que una misión: captar la atención de los gobernadores provinciales para que los proyectos de ley que el Poder Ejecutivo envía al Congreso prosperen con negociaciones al estilo peronista: abiertas, de concesiones recíprocas y de seducción política. Paralelamente, con un resultado del 41,5% en las legislativas pasadas que lo eligió como diputado, el dirigente del PRO y aliado a LLA se posicionó como uno de los principales dirigentes que en 2027 pugnará por la gobernación de Buenos Aires. Interior puede ser una plataforma de lanzamiento para esa meta.

En cada encuentro con los mandatarios provinciales, Santilli les explicó que su objetivo es dar una vuelta de página y acercarle más soluciones que promesas. Guillermo Francos, jefe de Gabinete de la Nación, ha sido tal vez el interlocutor más cercano que Milei designó para seducir a los gobernadores cada vez que la Casa Rosada necesitó avanzar con las medidas económicas en el Congreso. Pero él y el ex ministro del Interior, Lisandro Catalán, recibían casi la misma respuesta de gobernadores dialoguistas y netamente opositores: ¿cuándo las promesas pasarán al terreno de las acciones? Cambiar esa percepción es el objetivo del nuevo ministro. Sabe que si no lo logra, no habrá una nueva oportunidad para intentar llegar con amplia chances a gobernar el principal distrito electoral de la Argentina.

La convivencia forma parte de la vida política. A veces es normal; otra, un tanto tirante; pero convivencia al fin. Osvaldo Jaldo pasó por Buenos Aires para cobrar viejas facturas. El convenio para arrancar las obras de remodelación del aeropuerto Teniente Benjamín Matienzo ya está firmado. ¿Qué falta? El gobernador aguarda que a partir de la semana que viene, la empresa adjudicataria de los trabajos monte los obradores para arrancar. Es uno de los emprendimientos más esperados por la gestión y forma parte de los compromisos que el ministro de Economía, Luis Caputo, le formuló al propio Jaldo. La sintonía fina Nación-Provincia continuará. Puertas adentro, Jaldo quiere cerrar algunos capítulos de discordia. Antes de su viaje a Buenos Aires, el mandatario entabló una extensa charla telefónica con la intendenta capitalina, Rossana Chahla. Los resultados de octubre están todavía frescos, pero el titular del Poder Ejecutivo cree conveniente dar una vuelta de página a esa historia y pensar en lo que se viene. La inquietud es la misma: obras públicas. Uno de los aspectos de la conversación giró en torno de las mejoras y sostenimientos de los canales hídricos. Las torrenciales lluvias exponen, en particular, a la zona sur capitalina. Hay intención bilateral de financiar esos trabajos con una inversión cercana a los $ 3.000 millones. La mitad pondría la Provincia; la otra parte, la Municipalidad. En el medio, los equipos técnicos se encargarán de acelerar la viabilidad de los proyectos, con la celeridad que implica la solución.

Jaldo se ha tomado un respiro. La que pasó no ha sido una de sus mejores semanas. La baja de dos jefes policiales fue un duro golpe, sobre todo porque seguridad es una de las áreas en la que “el comisario” ha puesto todas sus fichas. En la charla del martes, tras conocerse la denuncia anónima del uso de policías y presos, en una obra privada en El Cadillal, el gobernador ha sido más que enfático en su reclamo a la cúpula de la fuerza. No habrá segundas oportunidades. “Piensen en su carrera; piensen en sus hijos; piensen en su reputación antes de cometer torpezas”, fue una de las frases que se escuchó decir al mandatario. La tolerancia será cero, indican en su entorno.

Las segundas oportunidades se construyen cotidianamente. Muy pocos dirigentes y líderes políticos tienen la posibilidad de sostenerse en el tiempo, en una Argentina acostumbrada a la volatilidad económica y a los ruidos políticos. Milei, Santilli y Jaldo recorren el mismo camino: llegar lo mejor posible a 2027.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios