Recuerdos fotográficos: 2000. Emergencia por la clausura del puente Lucas Córdoba
En este espacio de “Recuerdos” LA GACETA busca revivir el pasado a través de imágenes que se encuentran guardadas en ese tesoro que es el Archivo de LA GACETA. Esperamos que a ustedes, lectores, los haga reencontrarse con el pasado y que puedan retroalimentar con sus propios recuerdos esta nueva sección.
Producción periodística
Roberto Delgado - Gustavo Grupalli
Desde el año 2000 la Banda del Río Salí se la pasó renegando por la clausura del dañado puente Lucas Córdoba.
En mayo, después de un mes de padecimientos de vecinos y de viajeros se instalaron dos puentes Bayley a la par del Lucas Córdoba para el cruce de autos livianos. En nota del 3 de mayo de 2000 el intendente Raúl Lossi explicaba que “las calles laterales de la ciudad, que ya estaban rotas, quedaron prácticamente destruidas por el enorme flujo vehicular,. Esas arterias fueron pensadas para aguantar un flujo de unos 2.000 vehículos, pero se incrementó a unos 8.000”. Las ventas en los comercios habían caído un 50% y la recaudación de Rentas, un 40%. Y no era menor el gasto de los vecinos que para ir a San Miguel de Tucumán tenían que desviarse al puente Barros o al de San Andrés.
La circulación provisoria se extendió con un alto estrés para conductores y para vecinos que tenían que soportar constantes embotellamientos. Los únicos que pudieron aprovechar la situación fueron los vendedores ambulantes que instalaron carpas al costado de los puentes y se acercaban a los vehículos embotellados a venderles sus productos en las ventanillas. Lo que más se escuchaba, dice la crónica del 12 de septiembre de 2001, era “¡Papa, 10 kilos por un peso!”. “Estamos trabajando muy bien. Todos somos desocupados y no queremos ni pensar qué vamos a hacer cuando saquen el Bayley”, dijo la ambulante Griselda de Juárez.
La situación precaria duró hasta el año 2003.




















