La violencia en San Cayetano

24 Noviembre 2025

El brutal ataque que causó la muerte de una niña de 7 años en San Cayetano ha hecho sonar las alarmas acerca de la situación social de este barrio del sureste capitalino. Lo que se ha conocido de parte de la familia de la víctima y los relatos de los vecinos dan cuenta de conflictos de larga data y de dificultades para obtener respuestas de seguridad. La acción de los cuatro atacantes -jóvenes de entre 15 y 19 años- ha sido una terrible muestra de la impunidad con que se mueven en medio del vecindario las personas violentas, lo cual estaría acentuado, además, por el hecho de que uno de ellos habría filmado incluso el ataque, según se comentó en las últimas horas.

El episodio se registró el jueves pasado a la siesta. La niña estaba en la vereda de la casa de su abuelo junto a otros niños, jugando, cuando llegaron los cuatro agresores, dos de ellos en moto, e hicieron los disparos contra el frente de la vivienda. La criatura recibió una bala en la cabeza y falleció el viernes en el Hospital de Niños. Una tía dio a conocer que ya habían recibido agresiones. “Esto ya pasó antes. Es la cuarta vez que lo hacen. Cada vez que fuimos a poner la denuncia, nunca actuaron. A la mamá incluso le pidieron un testigo para poder denunciar. Si hubiesen actuado antes, esto no hubiese pasado”.

La identidad de los agresores se conoció rápidamente, porque se trata de vecinos de la familia atacada. Hubo dos detenidos primero. Mientras los policías realizaban una decena de allanamientos para dar con los otros sospechosos, después de confirmarse el fallecimiento de la víctima, una turba se presentó en la casa del padre de los prófugos. Primero le arrojaron piedras y después le prendieron fuego totalmente. El viernes fueron detenidos,

Posteriormente algunos vecinos dieron a entender que la agresión habría sido en el marco de disputas de territorialidad por narcomenudeo, aunque de la audiencia judicial por la agresión por ahora no han surgido datos para entender lo sucedido.

San Cayetano ha sido en los últimos años uno de los barrios más inseguros. Con calles sumidas en la oscuridad por las noches durante mucho tiempo, con zonas “rojas” por las que era imposible para los vecinos circular, fue escenario de frecuentes operativos policiales -de los llamados “trencitos”- en busca de pacificar el vecindario.

En agosto pasado los funcionarios de Seguridad aseguraron que, con esas prácticas y con la instalación de casillas de seguridad, se habían disminuido sustancialmente los robos y las agresiones.

Pero, por otra parte, también en agosto la Secretaría de Adicciones dio a conocer un estudio que señala a los barrios Juan XXIII (“La Bombilla”) y San Cayetano entre los focos más críticos, por el avance del consumo problemático y la violencia vinculada al narcomenudeo. El informe reconoce la falta de recursos humanos suficientes para abordar de manera integral esta problemática, lo cual impacta de forma directa en la capacidad operativa de la Secretaría para desplegar estrategias de prevención, contención y asistencia sostenidas en el tiempo.

Los datos y la tragedia ocurrida en medio de esta explosión de violencia indican la necesidad de revisar lo que se ha hecho y lo que está sucediendo, a fin de desplegar mejores estrategias de prevención social en este vecindario vulnerable, de alta conflictividad.

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