Salud cardiovascular: cuáles son las dos bebidas que nunca deben mezclarse, según los especialistas

La comunidad médica sostiene desde hace años que la relación entre el consumo alimentario y la salud cardíaca es determinante.

Cuáles son las dos bebidas que nunca deben mezclarse, según los especialistas. Foto tomada de: gacetamedia.com Cuáles son las dos bebidas que nunca deben mezclarse, según los especialistas. Foto tomada de: gacetamedia.com
24 Noviembre 2025

Especialistas en salud cardiovascular emitieron una fuerte advertencia sobre una práctica cada vez más común, especialmente entre adultos jóvenes: la mezcla de alcohol con bebidas energéticas. Según cardiólogos consultados por medios internacionales, esta combinación puede generar consecuencias severas para el corazón y el sistema circulatorio.

La comunidad médica sostiene desde hace años que la relación entre consumo alimentario y salud cardíaca es determinante. Una dieta equilibrada, acompañada de una adecuada hidratación, reduce significativamente riesgos como infartos, hipertensión, diabetes o colesterol alto.

En esa línea, el especialista Cheng-Han Chen, del MemorialCare Saddleback Medical Center de California, explicó que las decisiones cotidianas relacionadas con la comida y las bebidas “tienen un impacto directo sobre los factores de riesgo”. “Prestar atención a lo que se consume contribuye enormemente a mantener un corazón sano”, señaló en declaraciones a la revista Parade.

Entre las advertencias más recientes, resaltó una mezcla que se volvió habitual en ámbitos recreativos: el consumo simultáneo de energizantes y alcohol.

Por qué es peligrosa la mezcla de alcohol y energizantes

El cardiólogo Patrick Kee, de Vital Heart & Vein (Houston), explicó que la combinación es riesgosa debido a la naturaleza opuesta de sus componentes.

Mientras el alcohol actúa como depresor del sistema nervioso central, las bebidas energéticas funcionan como potentes estimulantes por su contenido de cafeína, guaraná o taurina. “La combinación crea el efecto de ‘borracho despierto’. Te sentís alerta, incluso cuando tu cuerpo está afectado”, señaló Kee. Este choque entre estímulo y depresión “es uno de los principales desencadenantes del estrés relacionado con el corazón”, añadió.

La cafeína acelera el ritmo cardíaco y eleva la presión arterial, mientras que el alcohol relaja los vasos sanguíneos. El sistema cardiovascular recibe señales opuestas y puede reaccionar con arritmias, hipertensión súbita o incluso colapsos circulatorios.

El especialista Leonard Pianko profundizó sobre este fenómeno: “El alcohol pasa directamente al torrente sanguíneo y lo relaja, lo que produce sensación de calor. A medida que el cuerpo lo absorbe, el corazón debe bombear con más fuerza porque los vasos se contraen”.

Estudios clínicos: arritmias, edema pulmonar y casos fatales

Investigaciones médicas recientes documentaron efectos graves en adultos jóvenes que combinaron ambas bebidas. En un análisis de diez casos clínicos:

- 42% presentó alteraciones del ritmo cardíaco

- 33% registró afectación de la función miocárdica

- 25% mostró compromiso de las arterias coronarias

- Tres de los casos tuvieron desenlaces fatales.

Los pacientes con antecedentes de hipertensión, enfermedad coronaria o síndromes cardíacos hereditarios son los más vulnerables. Más del 60% de los eventos severos se dieron en personas con condiciones preexistentes.

Efectos fisiológicos de la mezcla

Los expertos señalan tres mecanismos principales detrás de los riesgos:

- Alteración brusca de la presión arterial:

Las bebidas energéticas elevan la presión de inmediato, mientras que el alcohol provoca una vasodilatación inicial. La combinación genera inestabilidad circulatoria y puede provocar arritmias o crisis hipertensivas.

- Deshidratación y desequilibrio de electrolitos:

Tanto el alcohol como la cafeína aumentan la eliminación de líquidos. Esto puede causar pérdida de sodio, potasio y calcio, desencadenando palpitaciones, vasoespasmos o insuficiencia cardíaca.

- Sobrecarga del sistema nervioso central:

El organismo recibe simultáneamente una señal de activación (cafeína) y otra de sedación (alcohol), lo que sobreesfuerza al sistema cardiovascular y desestabiliza el ritmo cardíaco.

La falsa sensación de sobriedad: un riesgo adicional

Además de los efectos fisiológicos, los médicos advierten que la cafeína enmascara la sensación de embriaguez. Esto lleva a consumir más alcohol del previsto, elevando la concentración en sangre sin que el usuario perciba su deterioro.

Esa sensación de “borracho despierto”, según Kee, puede derivar en conductas de riesgo como: conducir bajo los efectos del alcohol, exponerse a deshidratación severa, realizar esfuerzos físicos intensos en boliches o conciertos. En estas situaciones, el estrés cardiovascular se potencia.

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